En Cataluña viven 4.200 mujeres nacidas en países del Africa subsahariana en los que es tradición mutilar sexualmente a las niñas menores de 10 años. La mayoría de esas mujeres proceden de Gambia y llegaron en los años 90, por lo que sus hijas, nacidas aquí, son españolas de residencia, pero con nacionalidad africana. Esas niñas son "negras catalanas", en definición de la antropóloga Adriana Kaplan, situadas entre dos culturas, la africana y la europea, que les escinden la vida hasta que cumplen 18 años y obtienen pasaporte español.

Esa mayoría, no obstante, llega muy tarde si sus familias eran partidarias de eliminarles el clítoris por medio de una ablación que también les suprimirá lo fundamental de su morfología sexual. El ritual, que pretende abrir la puerta a la edad madura y a la maternidad fecunda, se practica cuando tienen de 2 a 10 años.

Experta en el tema

Kaplan, investigadora del programa científico Ramón y Cajal, que financia el Ministerio de Educación, y profesora de la Autónoma de Barcelona, estudia desde 1989 la evolución de la población gambiana en España en un punto: el de la salud sexual y reproductiva. Su objetivo es acabar con las mutilaciones sexuales de niñas, un trabajo que la lleva a pasar largas temporadas en Gambia.

Consciente de estar entrando en territorios dominados por convicciones incomprensibles aquí pero poderosísimas allí, la antropóloga ha ido a la raíz del tema y ha conseguido un pacto con el Ministerio de Salud de Gambia que, a su vez, necesitaba la presión de un país europeo para emprender acciones suaves contra la ablación, que tan mala imagen les da en Occidente.

Ese pacto ha supuesto diseñar conjuntamente un ritual alternativo que cumple la iniciación femenina a la vida reproductiva sin llegar a la ablación del clítoris. Sin sangre, hemorragias o infecciones, los tres elementos que acompañan al rito. "Y respetuoso y sensible con la cultura gambiana", añade Kaplan. "Lo llamamos 3iniciación sin cortes : sigue siendo un ritual de paso con el mensaje cultural y social que dice que la reproducción es lo que da identidad étnica y de género, pero eliminando la parte física: la mutilación sexual".

Con ese programa, el Gobierno de Gambia y las ONG del mundo que actúan en aquel país podrán adentrarse en los pueblos en los que actúan las mujeres que sostiene las tradiciones sexuales femeninas. "El Gobierno de Gambia ha asumido ese compromiso, más poderoso que una ley prohibitiva, que no se cumpliría --afirma Kaplan--. Están de acuerdo en que se supriman las ablaciones, pero no con medios radicales. Con suavidad y con el apoyo de España".

En paralelo, y con ese mismo método de "apoyo oficial suave", el grupo que coordina Kaplan actúa entre la comunidad gambiana en España.