El padre de Claudia ingresó ayer por la tarde en la cárcel de Tarragona por orden de la jueza que instruye el caso de los presuntos malos tratos. Habían pasado solo 24 horas desde que el juez de guardia dejara al acusado en libertad con cargos. ¿Qué ha cambiado? El martes por la tarde, la niña presentaba una hemorragia intercraneal que podía haber sido causada por un zarandeo reconocido por el progenitor. Ayer por la mañana, en cambio, el Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona diagnosticó una fractura craneal que, según el médico forense, solo podía tener como origen un impacto traumático, según el nuevo auto de la magistrada Maria Teresa Vicedo.

El nuevo diagnóstico del bebé, que ayer por la tarde pasó por el quirófano, obligó a la jueza a citar al padre, que acudió acompañado de su abogado y, esta vez sí, fue interrogado en presencia del fiscal. El progenitor, según el auto, explicó que la niña estaba normal la noche del 10 de junio, cuando la puso en el suelo para que jugara con su hermana Amanda, de 4 años, y que no las perdió de vista en ningún momento. Fue al darle el biberón cuando Claudia empezó a tener convulsiones y el padre la trasladó al CAP de Salou.

La magistrada le preguntó ayer por la fractura y él aseguró que desconocía que su hija sufriera esa lesión y negó que la niña se le cayera en domingo. Eso sí, el padre contó que hace tres semanas se le cayó del sofá y le salió "un chichón en la frente", pero no la llevó al médico para que no le quitaran a la niña. La explicación del padre no justifica "en modo alguno" la rotura de cráneo, que solo puede tener como origen "un impacto traumático", resalta la jueza.

A pesar de que negó haberla maltratado, la jueza atendió a la petición de prisión incondicional solicitada por el fiscal por un delito de lesiones con la agravante de parentesco, castigado con penas que van de dos a cinco años de cárcel. La jueza entiende además que hay riesgo de fuga (el juez de guardia alegó el martes que no existía). Por eso decreta su ingreso en prisión.

La madre de Claudia declaró también ayer ante la jueza, a la que aseguró, según su abogada, que ni ella ni su marido la maltratan. Contó que tras la primera fractura de fémur despidieron a la canguro y contrataron a otra, aunque añadió que le parecía improbable que ninguna de las dos hubiera maltratado a su bebé. Los padres de Claudia, de origen cubano, se instalaron en Salou hace dos años. Llegaron con Amanda, la mayor, y aquí tuvieron a la pequeña. Trabajaban de noche y tuvieron que contratar a una cuidadora.

LA GENERALITAT El modo de actuar de los servicios territoriales de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) de Tarragona no es del todo diáfano en el caso de Claudia. Por eso, la consejera Carme Capdevila, titular de Acción Social, decidió ayer abrir una investigación interna que delimite si se actuó con la suficiente diligencia o no. Capdevila, en una intervención en el Parlament, prometió actuar con "firmeza" en este asunto y aseguró que no le "temblará el pulso" si su departamento ha actuado mal.