Lleva año y medio luchando por recuperar a su hija, Patricia, que se fue de la casa familiar de Elche el 7 de enero de 2017 siguiendo los pasos de un gurú que decía ser el Príncipe Gurdjieff y que iba a repoblar el mundo tras el apocalipsis que se avecinaba. Alberto Aguilar, 47 años y encargado de una empresa de reparto de productos de panadería, logró la madrugada del jueves ver viva a su hija. También vio detenido al gurú que la captó por internet y con el que ha tenido un hijo, Félix Steven Manrique, de 35 años, después de que la policía peruana los localizara en dos casas de la selva de San Martín de Pangoa, a 500 kilómetros de Lima. Cansado y esperanzado, Alberto responde las preguntas de EL PERIODICO en la primera entrevista que concede a medio de comunicación español desde que salvó a Patricia.

¿Ha podido hablar con su hija? ¿La ha visto?

No he podido hablar con Patricia. La vi cuando hizo el trasbordo del autobús que la trajo desde la selva, pero fue desde lejos y ella no pudo verme.

¿Dónde está ahora su hija Patricia?

En estos momentos, Patricia está a disposición del Ministerio de la Mujer, en Lima. Está en manos de psicólogos y asistentes sociales.

¿Y dónde está el gurú, Félix Steven Manrique?

Sobre ese hombre hay una detención policial que aquí en Perú le dicen "en flagrancia". La Fiscalía ha ordenado su detención por un posible delito de trata de personas, entre otras mi hija. Está privado de libertad y estará al menos siete días en esa situación, hasta que se dicte, esperemos, prisión para él.

A su hija ya la han visto psicólogos de la policía peruana y también del Ministerio de la Mujer. ¿Le han dicho qué tal se encuentra tras año y medio en ese grupo sectario y tras haber tenido un bebé con el líder del grupo hace 40 días?

Los psicólogos de la policía la evaluaron mientras estuvo en comisaría. Luego la están examinando expertos del ministerio de la Mujer. No me han dado los informes. Lo que sé es que mi hija tenía un aspecto demacrado y sucio cuando llegó a la comisaría. Está como ausente.

¿Qué sabe de su vida desde que se fue de casa?

Sabemos que llegó a Lima y estuvo conviviendo junto al grupo en un condominio. Estuve hablando con el dueño del piso y nos contó los pormenores y problemas que tuvo con el gurú. No le pagaba y le destrozó el piso, huyó una noche. También me explicó que Steven actuaba de forma machista con Patricia y las otras mujeres, haciendo entre otras cosas que siempre caminaran detras de él. Después he sabido que los han encontrado en medio de la selva, en un lugar remoto, poco accesible, lejos de la civilización, viviendo entre tablones y durmiendo en palés, sin ningún cuidado higiénico ni seguridad ante posibles ataques de animales o insectos.

¿Cómo era la vida de su hija con el supuesto gurú?

Parece que su papel era el de ser una 'esposa' más. Se encargaba de cuidar ella sola a un grupo de niños en medio de la selva, en una especie de cabaña de madera que es en realidad una cuadra para animales. La encontraron con una bebé de un mes a su cargo y cuatro niños más. Podemos imaginar qué educación y qué alimentación han estado recibiendo.

¿Cómo se enteró de que era usted abuelo? ¿Qué sintió?

Me lo comunicó la madre de otras de las mujeres captadas por Steven. Yo estaba en el coche, conduciendo en dirección a la Fiscalía de Trata en Lima. Sentí alegría, pero también emociones encontradas.

¿Dónde y cómo dio a luz Patricia? ¿Fue a un hospital?

El parto de mi hija se produjo en la misma cabaña. Fue asistida por las otras dos chicas (se refiere a las otras dos mujeres captadas por Steven) y una mujer mayor vecina de por allí que ejerció como partera. Patricia sufre una enfermedad cardiaca y haber pasado por un embarazo y un parto se encuentran entre las situaciones de mayor riesgo para ella. Su vida corrió peligro al dar a luz en esas condiciones y, si la cosa se hubiera complicado, no habrían podido recibir ayuda, por la distancia que había hasta el centro médico más cercano.

¿Está dispuesto a criar a su nieta en España?

Por supuesto que estoy dispuesto a criar a mi nieta en España, es el mejor sitio donde puede ir porque allí va a encontrar todas las condiciones que no ha tenido en sus primeros días de vida y todo el amor de su verdadera familia y de su ciudad.

¿Dónde está el bebé ahora?

Con Patricia, pero bajo la tutela del Ministerio de la Mujer.

Usted viajó a Lima el pasado 9 de junio para impulsar la investigación y localizar a su hija. ¿Cómo ha sido este mes allí?

Ha sido un mes bastante ajetreado e intenso. He hecho muchas cosas y movido muchos hilos sobre todo durante las dos primeras semanas. Luego ya quedé un poco a la espera porque se inició la investigación. Y, por último, ahora estamos administrando el resultado del trabajo conseguido.

¿Dónde se ha alojado?

En casa de la familia de otra de las víctimas de Steven. Las familias nos unimos desde el principio para hacer fuerza. No puedo estar más agradecido. Estoy muy bien atendido y muy contento de la decisión que tomé al venir a su casa porque han sido muy hospitalarios y todo se ha coordinado mucho mejor.

¿Cómo se enteró de que Patricia había sido localizada?

A través de la policía, nos informó de que la habían encontrado. Esto fue posterior a la localización de Steven y las otras dos mujeres, porque Patricia estaba bastante alejada del lugar de donde primero localizaron al grupo. Ella estaba a unos 30 minutos a pie del pueblo, cruzando la selva. Primero nos informaron de la detención de Steven y el rescate de las otras dos mujeres que estaban con él. Entonces supimos que Patricia y los niños no estaban con ellos… Fue un momento muy tenso. Tenían una pista que indicaba que podían encontrarse en el lugar donde finalmente los rescataron y nos aferramos a ella. El tiempo que tardaron en llegar allí y confirmarlo se nos hizo eterno… No puedo explicar todo lo que pasó por mi cabeza.

¿Y de la detención de Manrique?

Lo supimos antes de que se fuera a producir, nos avisaron de que tenían que precipitar el operativo porque había riesgo de que huyeran.

¿Qué sintió en ambos casos? ¿Y durante todo el operativo policial?

Mucha tensión, impaciencia, esperanza, nervios. Al final todo resultó bien, no hubo problema y conseguimos el propósito de que lo detuvieran.

Además del coste psicológico que esta situación ha supuesto para ustedes, han tenido que invertir parte de sus ahorros familiares en la búsqueda y el rescate de Patricia. ¿Tienen un cálculo del coste económico que ha tenido todo esto para la familia?

Solo en viajes, dietas, trámites de la investigación, etc, hemos llevamos invertidos unos 14.000 euros. También he de decir que parte de nuestra familia ha contribuido y, además, recibimos unos 3.500 euros de otra mucha gente que se ha volcado con nosotros a través de la asociación 'Plataforma Para La Dignidad Humana' que creamos para el caso de Patricia y con la que queremos continuar para ayudar a otras víctimas de sectas como ella.

¿Qué planes tiene ahora? ¿Le gustaría volver con ellos a casa?

Claro que me gustaría volver a casa. Ese es mi objetivo, volver con Patri y con la bebé, estoy deseándolo y con un poco de suerte pronto se cumplirá.

¿Cuenta con la posibilidad de que Patricia no quiera volver a España o no quiera estar en contacto con su familia?

Sí, pero esa no va a ser una opción, voy a seguir luchando para que esto termine como debe, con Patricia y su bebé en España. Ya que he llegado hasta aquí, no voy a rendirme

¿Cuál es la peor situación que ha vivido este año y medio?

La más angustiosa fue el día que desapareció Patricia y, más concretamente, la hora en que apagó el teléfono y no volvió a conectarse hasta el momento que puso el famoso Whatsapp que decía aquello de "estaré bien, os hablo en horas"

¿Hay otras chicas que corren el mismo peligro que Patricia en España?

Seguro que sí. Como mínimo, hay una chica que vive en el País Vasco que estuvo a punto de correr la misma suerte que mi hija. Aprovecho para decirle a sus padres que denuncien. Ellos saben lo que ocurrió, fueron informados por la Ertzaintza. Les pido una vez más que luchen para evitar que siga habiendo gente que, como este tipo, intente apartar a hijos e hijas de sus familias.

¿Cuenta España con protección frente a las sectas y, en especial, los adolescentes españoles?

No hay ninguna protección contra sectas, esta es la cruda realidad. A mí me han llegado a decir que captar no es delito. Debemos luchar porque haya un código penal en el que esta figura de la captación quede bien clara y nuestros hijos adolescentes no puedan ser captados por un tipo desde el otro lado del mundo porque estén pasando por un momento de vulnerabilidad.

¿Cómo están su mujer, Rosa, y su hijo pequeño, de 13 años, en España?

Todos estamos muy felices y contentos porque hemos encontrado a Patricia y encima tiene una bebé. La felicidad es doble. Mi mujer está pasándolo mal, porque es muy nerviosa y la distancia y el no saber juega malas pasadas, pero lo está llevando y está cuidando del hermano de Patricia, que me dice que también está muy contento de haber sido tío tan pequeño.

¿Cómo se imagina el futuro?

Con Patricia y su bebé con nosotros en España, ayudándola a que salgan adelante. Me gustaría que retomara sus estudios y ayudarle a criar al nuevo miembro de la familia, queriéndolo, disfrutándolo y siendo felices, que yo creo que es lo que ya toca.

¿Ha podido celebrar la noticia?

Todavía no, ahora es momento de seguir sumando y esforzándonos. Estoy ayudando aquí día y noche. No hay tiempo. Estoy durmiendo entre tres y cuatro horas al día.