El padre de una de las dos ni ñas de Valencia que sufren recurrentes convulsiones desde que entre el 4 y el 6 de febrero fueron vacunadas contra el virus del papiloma humano solicitará al ministro de Sanidad, Bernat Soria, que autorice y financie el traslado de las dos a alguno de los hospitales de EEUU que investigan reacciones similares.

Juan Domínguez, padre de Raquel, indicará a Soria el nombre de los dos centros norteamericanos que conocen el asunto --el Hospital Johns Hopkins de Baltimore y el Hospital Universitario de Columbia, en Nueva York-- y propondrá al ministro que, de no poder facilitar la evacuación de las enfermas, posibilite el desplazamiento a España de especialistas de estos centros.

FAMILIAS DESESPERADAS El desespero de las familias de las dos niñas es evidente. Mes y medio después de que Carla, de 15 años, y Raquel, de 14, ingresaran en el Hospital Clínico de Valencia por unas convulsiones que se iniciaron minutos después de recibir la vacuna, la única perspectiva que, según indicó el padre de Raquel, les ofrecen los médicos españoles es la de seguir trasladando a las pequeñas a las ucis cada 24 o 48 horas, ya que esa es la duración de los ciclos en que se repiten las convulsiones. La mayor, Carla, recibió el alta médica el lunes y reingresó el martes, con fiebre elevada y signos de una nueva crisis.

Los allegados de las adolescentes afirman tener una clara percepción de ser "molestos" para la dirección del hospital y para algunos de los médicos. "De vez en cuando, nos recuerdan que si queremos podemos llevarnos a las niñas a otro hospital más avanzado", explicó Vicente Herreras, tío de Raquel. El neuropediatra del Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues que hace dos semanas se desplazó a Valencia para visitar a las menores emitió un informe que tampoco ha aportado soluciones.

Con excepción de la llamada del ministro de Sanidad, que los familiares recibieron hace dos semanas --"nos dijo que se solidarizaba con nosotros", afirman--, ni los expertos del comité designado por el Gobierno para investigar estos casos ni representantes del laboratorio Sanofi Pasteur MSD, productor de la vacuna de la marca Gardasil que recibieron las niñas, se han puesto en contacto con ellos. "Siguen intentando que quedemos aislados, sin establecer relación entre la vacuna y lo que las dos niñas empezaron a sufrir tras ser vacunadas", dijo Herreras. "Cuando preguntamos, se nos remite al ministerio, pero no sabemos si realmente están investigando o no, ni cómo va la cosa. No sabemos nada --añadió Domínguez--. Nos mantienen en un punto muerto".

La asociación del Defensor del Paciente de Madrid ha dirigido una carta a Soria en la que denuncia la "indefensión, el abandono y la insolidaridad" en que se encuentran las dos adolescentes valencianas.