LOS NIÑOS , de 10, 8 y 5 años, fueron hallados por su abuelo, muertos en una cama. El presunto infanticida, de 38 años, arrastra un historial de problemas psíquicos. La madre, recién divorciada, había pedido una orden para mantener al padre alejado de sus hijos y acusó a los servicios sociales de no haberla tramitado.