El fracaso escolar tiene un coste para las familias de una media próxima de 800 euros anuales por alumno en clases particulares a domicilio, sobre todo de asignaturas de Ciencias e Inglés, según datos del sector.

La crisis económica parece pesar menos en la contratación de estos servicios educativos que la preocupación de los padres por el futuro de los hijos, ya que cerca del 30% de los jóvenes de 16 años no logra el título de ESO. "No hemos notado ningún descenso, incluso un ligero incremento de la demanda", explica el director general de Educa-system, Sebastián Trivière-Casanovas, quien prevé un aumento del 30% en el número de horas de clase contratadas este curso.

En la actualidad, el 31% de los estudiantes, incluidos los universitarios, recibe apoyo extraescolar, según la organización de profesores a domicilio. De ellos, 1,9 millones de alumnos optan por la enseñanza en casa y otros 800.000 acuden a academias.

Después de analizar más de 100.000 horas de clase domiciliaria, Educa-system concluye que las familias gastan unos 750 euros al año por matriculado. Según datos de academia el 70% de los alumnos son de ESO y Bachillerato y las materias más solicitadas son Física, Química, Matemáticas e Inglés.

La "desmotivación" es el problema más frecuente de los alumnos de ESO; las dificultades en el Bachillerato se relacionan con una base de conocimientos insuficiente, profesores "muy exigentes" y la necesidad de aprobar selectividad.

El período crítico de contratación está en torno a abril y mayo, a punto de terminar el curso; en general, las familias no previenen, sino que las solicitudes se incrementan cuando llegan los suspensos, explican en una de las academias.

Por su parte, las organizaciones de padres recelan de las clases particulares y piensan que la escuela debería ser suficiente. "Las clases particulares generan desigualdades sociales pues no todas las familias pueden pagarlas", denuncia el vicepresidente de la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEAPA), Fernando Martín.