Dos días después de entrevistarse con el Papa, Gerry y Kate McCann, los padres de Madeleine, la niña británica presuntamente secuestrada el pasado 3 de mayo en el Algarve portugués, se reunieron ayer con el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una semana en la que han renovado esfuerzos para que el caso de su hija continúe teniendo el extraordinario seguimiento mediático que ha tenido hasta ahora.

"Queremos pedir a los españoles que cooperen colocando fotos de Madeleine en lugares públicos", dijo Gerry McCann en una multitudinaria rueda de prensa en la que la pareja apareció delante de enormes fotografías de la pequeña.

La pareja, que cenaba en un bar cercano la noche en que su hija, de 4 años, desapareció del hotel en el que pasaban el puente de mayo --"la culpa nunca nos abandonará", han dicho en repetidas ocasiones--, cree que el caso de Madeleine (llamada habitualmente Maddie) no debe de investigarse de forma aislada, sino en un plano mucho más amplio.

"Pienso que merece la pena examinar la posibilidad de considerarlo dentro del contexto de otras desapariciones en la península Ibérica, incluso en las islas Canarias", sostuvo Gerry McCann.

Su referencia al archipiélago tenía que ver con otro suceso similar: la desaparición del niño de 10 años Yeremi Vargas en marzo pasado cuando jugaba en un solar en Gran Canaria.

Sin embargo, los McCann reconocieron no tener ninguna prueba que vincule la desaparición de Madeleine con España y, al mismo tiempo, dijeron que sus esperanzas pasaban por que su hija hubiera sido secuestrada por alguien que quisiera convertirla en su propia niña y que, por tanto, estuviera cuidando de ella. "Rezamos para que, quien sea que tenga a Madeleine --señalaron--, la devuelva voluntariamente, dejándola en una iglesia o algún otro lugar seguro".