Los padres de Madeleine McCann han estado utilizando investigadores privados para tratar de dar con el paradero de su hija, desaparecida el 3 de mayo en el sur de Portugal. La compañía Control Risk Group (CRG), que emplea a antiguos miembros de las fuerzas especiales del Ejército británico y a exfuncionarios de los servicios de inteligencia, lleva cuatro meses investigando las posibles pistas que han ido apareciendo sobre la pequeña.

La pareja recurrió a esta firma de élite porque creyó que la policía portuguesa no estaba haciendo lo suficiente por encontrar a su hija. No es baladí el hecho de que sea ahora, una vez que Kate y Gerry McCann han sido declarados sospechosos formales, que se conozca que encargaron esta investigación. Por una parte, refuerza su tesis de que no tienen nada que ver con la desaparición de la niña porque la siguen buscando, y, por otra, va en la línea de poner en duda el trabajo de la policía lusa.

Las leyes portuguesas prohíben las investigaciones privadas, realizadas de forma paralela a las de la policía. Los hombres de CRG habrían, sin embargo, centrado sus pesquisas en España y Marruecos, según asegura la prensa británica. En este último país, dos testigos, un turista británico y una turista noruega, dijeron haber visto a la pequeña en la ciudad de Marraquech, seis días después de su desaparición. La declaración no fue sin embargo investigada por la policía portuguesa.

Entretanto, los padres de Madeleine siguen preparando su defensa. Poco a poco se van conociendo los nombres de los benefactores que costean los enormes gastos de estos preparativos.