Paloma Lago, quiere vivir del cuento, literalmente, y ha editado dos libros infantiles en los que ella, transformada en dibujo, es el personaje principal (en la foto, Lago, ayer, en la presentación en Barcelona). A sus espléndidos 35 años, después de varias temporadas ganándose a los niños en la televisión, se ha convertido, pese a su imagen de fragilidad, en "una empresaria que sabe lo que quiere, que ha dejado de buscar a dónde ir", para darse cuenta de que "sólo hay una dirección".

Lago ha relegado facetas en las que no se encontraba cómoda y se ha centrado en ser la mejor amiga de los más pequeños. En esa línea ha cuajado la idea de los cuentos. Defiende que "no es por vanidad", sino que se trata de algo lógico para plasmar su sentimiento de relación con los niños, a los que ha contado más de 500 cuentos en pantalla. Ser propietaria de su futuro, incluso gráfico, es una precaución importante, especialmente cuando tiene muchas más ideas, aunque antes quiere consolidar Las aventuras de Paloma Lago iniciadas en la granja y el campo.