Benedicto XVI, que se había significado en repetidas ocasiones como detractor del preservativo sin cabida para las excepciones, considera ahora que el profiláctico se puede aceptar "en algunos casos". Solo lo admite en casos excepcionales, pero es la primera vez en la historia de la Iglesia en que un Papa se pronuncia en estos términos.

El viraje doctrinal figura en un fragmento de un libro-entrevista con el Pontífice del escritor alemán Peter Seewald que saldrá a la venta en los próximos días y que ayer adelantó el Osservatore Romano , el diario oficial del Vaticano. Los supuestos en los que la Iglesia podría permitir el uso de condones son, en todo caso, extraordinarios. En la entrevista, Joseph Ratzinger solo cita como ejemplo el de una prostituta que lo hace para evitar el contagio del virus del sida. Además, solo sería aceptable si "esto puede ser un primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la consciencia del hecho de que no todo está permitido y no se puede hacer todo lo que se quiere", explica el Papa.

MILLONES DE VICTIMAS Benedicto XVI va incluso más lejos. "Este no es el verdadero modo de derrotar a la infección del VIH", asevera, al dejar la puerta abierta a uno de los métodos anticonceptivos más efectivos contra el sida, una enfermedad que ya ha provocado millones de víctimas.

Las manifestaciones realizadas por el Papa no tienen precedentes en la tradición de la Iglesia católica, una institución que hasta ahora siempre ha rechazado el uso del profiláctico con el argumento de que lo correcto era un "comportamiento humano moral y justo".

La anterior alusión significativa de Benedicto XVI al tema se remonta a marzo del 2009, con ocasión de su primera visita como Pontífice a Africa, el continente más afectado por el sida. Sin embargo, el tono actual es diferente. La pandemia "no se puede superar con la distribución de preservativos que, todo lo contrario, aumentan los problemas", dijo el Pontífice desde el avión hace año y medio, justo antes de pisar tierra africana.

Más allá de estos aspectos, desde que Benedicto XVI subió al trono de Pedro en el 2005 y antes con Juan Pablo II, no han faltado polémicas por esta postura, incluso en la Iglesia.

VIEJAS DISCUSIONES Así, destaca el duro choque en el 2000 entre el cardenal brasileño Cláudio Hummes, entonces arzobispo de Sao Paulo, y un párroco suyo, Valeriano Paironi, que recibió una "nota de repudio" tras aconsejar a sus fieles el condón para evitar enfermedades. O el reciente debate entre el Gobierno de Perú y el primado de ese país, Juan Luis Cipriani, del Opus Dei, que calificó el pasado día 15 de "libertinaje sexual" una campaña de distribución de 18 millones de preservativos donados por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos.