Benedicto XVI se refirió ayer, a la manera papal, a los escáneres que desnudan, esos instrumentos que muestran el físico del pasajero de avión en toda su gloriosa imperfección y permiten saber si porta pegado a su cuerpo algún tipo de explosivo. No los mencionó directamente, pero al Pontífice no parecen gustarle unos aparatos que, a raíz del frustrado atentado aéreo del pasado 25 de diciembre, ya están presentes en varios aeropuertos de EEUU, británicos, holandeses y finlandeses.

"Es importante recordar que lo primero que hay que salvaguardar y valorar es la persona en toda su integridad", señaló Joseph Ratzinger durante una reunión en el Vaticano con el ministro de Transportes de Italia, Altero Matteoli, y los dirigentes de Aviación Civil del país mediterráneo. El Papa reconoció que "el respeto de tales principios puede aparecer particularmente complejo" ante "la amenaza del terrorismo internacional", que provoca "problemáticos efectos en el sector de la aviación". No obstante, dijo que "no hay que perder nunca de vista el respeto de la persona y la atención a sus necesidades".