El Papa Benedicto XVI aprovechó ayer su tradicional mensaje Urbi et Orbi para denunciar que el hombre "se muere todavía de hambre y sed, de enfermedad y pobreza en este tiempo de abundancia y de consumismo desenfrenado". Asimismo, hizo un llamamiento a la resolución de los conflictos que asolan el mundo, en especial en Oriente Próximo y Africa. Anoche durante la tradicional misa del Gallo realizó un llamamiento en favor de todos los niños del mundo que son víctimas de abusos y que carecen de sustento y amor durante estas fiestas navideñas.

El Santo Padre aseguró desde la Ciudad del Vaticano que el hombre del siglo XXI, "productor entusiasta de éxitos indiscutibles" parece no necesitar "un Salvador". Sin embargo, agregó, "no es así", ya que el hombre "se muere todavía de hambre y de sed, de enfermedad y de pobreza en este tiempo de abundancia y de consumismo desenfrenado".

"¿Cómo no darse cuenta de que, precisamente desde el fondo de esta humanidad placentera y desesperada, surge una desgarradora petición de ayuda?", se preguntó el Pontífice, que pronunció su mensaje desde el balcón que da a la plaza de San Pedro, abarrotada de fieles. Hoy --por ayer--, día de Navidad, añadió el Papa, "nuestro Salvador ha nacido en el mundo, porque sabe que lo necesitamos".

"A pesar de tantas formas de progreso, el ser humano es el mismo de siempre: una libertad tensa entre bien y mal, entre vida y muerte" y "es precisamente en su intimidad, en lo que la Biblia llama el corazón , donde siempre necesita ser salvado", explicó el Santo Padre, para quien "en la época actual postmoderna necesita quizás aún más un Salvador , porque la sociedad en la que vive se ha vuelto más compleja y se han hecho más insidiosas las amenazas para su integridad personal y moral".

LLAMAMIENTOS A LA PAZ "En este día de fiesta, pienso con gran preocupación en la región de Oriente Próximo, probada por numerosos y graves conflictos, y espero que se abra a una perspectiva de paz justa y duradera, respetando los derechos inalienables de los pueblos que la habitan", afirmó el Pontífice. "Confío al divino Niño de Belén los indicios de una reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos que hemos observado estos días, así como la esperanza de ulteriores hechos reconfortantes", agregó.

Citó también los conflictos de Líbano, Sri Lanka, Dafur y otros de Africa, para los que deseó una pronta resolución.