El papa Benedicto XVI decidirá sobre la posible remoción del obispo uruguayo Francisco Barbosa, tras conocerse que pudo haber mantenido relaciones homosexuales en las que estarían implicados dos hombres con antecedentes penales, indicó hoy una portavoz de la Conferencia Episcopal uruguaya.

El caso de Barbosa, obispo de Minas (capital del Departamento de Lavalleja, a 120 kilómetros al norte de Montevideo), está en estos momentos en manos del Papa, de quien se espera un pronunciamiento "inminente" sobre esta situación, aseguró dicha portavoz.

Según reveló hoy el diario uruguayo El Observador, los cinco sacerdotes que integran el consejo presbiteral de la Diócesis de Minas fueron los que pidieron la renuncia de Barbosa, después de que éste denunciara un caso de extorsión que reveló las supuestas relaciones homosexuales que había mantenido.

En estas relaciones aparecen implicados dos hombres con antecedentes penales -uno de ellos preso por haberle robado al obispo la tarjeta de crédito meses atrás- que presuntamente amenazaron al prelado con fotografías y a los que se ha imputado un delito de extorsión a raíz de la investigación, explicó el diario.

La indagación policial dejó al descubierto la supuesta violación del celibato por parte de Barbosa, una conducta que es reprobada por el Derecho Canónico y que puede llegar a convertirse en un "delito procesable" en la jurisdicción eclesiástica, dijo el vicario judicial del Arzobispado de Montevideo, el sacerdote Juan Silveira.

Silveira explicó que para que ese pecado "se configure en delito" tienen que darse una serie de requisitos, como que las relaciones sexuales se mantengan con un menor de edad, se produzcan bajo amenazas o "conlleven una situación de escándalo público".

En el caso de Barbosa "hay un conocimiento público que lo agrava", por lo que "está en el marco de los delitos procesables", afirmó el sacerdote.

Además, señaló que "en la materia del pecado" y "también en la consideración del delito, los actos contra natura (afirmó en referencia a la homosexualidad) son más graves, porque el escándalo se agrava". "Se corrompe el bien común. El cuerpo entero, la comunidad, está afectada por esto", apostilló.

Precisó que al ostentar la condición de obispo los tribunales eclesiásticos de Uruguay no tienen competencia para juzgar este caso.

"El asunto está en el fuero de la Santa Sede", recalcó Silveira, lo que significa que el papa Benedicto XVI es el único que puede decidir sobre su futuro.

Si el Papa decidiese la remoción de Barbosa, sería la primera vez en la historia de la Iglesia uruguaya que un obispo tiene que renunciar a su cargo por hechos relacionados con su vida privada, señaló la portavoz de la Conferencia Episcopal uruguaya.

Según esta portavoz, es "muy posible" que en las próximas horas Barbosa se comunique con su comunidad de fieles a través de un escrito que trasladaría a sus sacerdotes "en orden de aceptar su renuncia".