El papa Francisco visita mañana y el sábado el santuario de Fátima, en Portugal, un importante lugar de peregrinaje para los católicos y al que también viajaron sus predecesores, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, convirtiéndolo en visita casi obligada.

La historia de los pontífices y Fátima está fuertemente ligada ya desde las primeras apariciones marianas en la Cova da Iria en 1917 y con Pablo VI, el primero que comenzó los viajes apostólicos, y su viaje para el 50 aniversario (1967), Fátima se convirtió en un lugar obligado de peregrinaje para los papas.

También los visitaron Juan Pablo II en tres ocasiones (en 1982, 1991 y 2000) y Benedicto XVI en 2010.

Francisco, aunque poco proclive a viajar por Europa, también peregrinará al santuario portugués con motivo de la celebración de los 100 años de las apariciones y para canonizar a los dos hermanos pastorcillos, Jacinta y Francisco Marto, a quienes junto con su prima Lucía, se les apareció la Virgen.

Desde el Vaticano han especificado que se trata de la primera verdadera peregrinación del pontificado del papa Francisco ya que no habrá actos oficiales sino sólo oraciones y homilías.

Francisco dirigirá a los fieles en portugués tres discursos y una homilía.

El papa ha visitado ya otros santuarios como el de la Virgen de Aparecida, en Brasil; el de la Virgen de Guadalupe, en México o el de Nuestra Señora de Caacupé, en Paraguay, pero es la primera vez que el objetivo del viaje es sólo una peregrinación.

Al igual que Pablo VI, en una visita que causó polémica al no conceder actos oficiales, Francisco estará pocas horas en el santuario de Fátima y no habrá visitas oficiales a Lisboa, ni discursos ante las autoridades.

Al igual que Pablo VI, llegará a la base aérea de Monte Real y allí mantendrá un encuentro privado con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, donde se producirá el tradicional intercambio de regalos, pero sin discursos.

Desde allí se trasladará en helicóptero, un vuelo de 20 minutos, al estadio de fútbol Fátima y después recorrerá unos tres kilómetros en el "papamóvil" hasta llegar al santuario.

Su primera etapa será la capilla, construida en el lugar donde los tres pastorcillos aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen y allí tendrá un momento de recogimiento en privado y después pronunciará una oración para los fieles y les impartirá la bendición.

Una oración en la que se espera que Francisco, que habla de que nos encontramos inmersos en una "Tercera Guerra Mundial a trozos" invoque a la paz ante la virgen de Fátima, que predijo las Guerras Mundiales en sus tres secretos.

"Como ha pedido la Virgen de Fátima, a donde me dirigiré en peregrinaje dentro de pocos días, en ocasión del centenario de la primera aparición, recemos por la paz", ya anticipó el pasado domingo Francisco durante el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro.

A las 21.00 hora local (20.00 GMT) participará en la vigilia y en el acto de bendición de las velas y antes del rezo del rosario dedicará unas palabras a los fieles, en el que será su segundo discurso.

El sábado el pontífice argentino se reunirá en privado con el primer ministro, António Costa, quien acudirá a visitarle en la Casa de Nuestra Señora de Carmo, donde Francisco pasará la noche al igual que sus antecesores cuando visitaron Fátima.

Después irá a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y allí saludará a un sacerdote, el mas anciano de Portugal, con 104 años, y que ha vivido toda la historia del santuario, y rezara en la tumba de los beatos de Francisco y Jacinta, que murieron con 9 y 10 años.

Francisco celebrará además una misa en el Santuario en la que canonizará a los dos hermanos que junto su prima Lucía fueron testigos de las apariciones marianas.

Una misa a la que participará Jorge, ahora ya adulto, y que con 6 años se curó "milagrosamente" y gracias a la intercesión de los dos hermanos.

Serán así los primeros santos niños que llegan a los altares de la Iglesia al haber obrado dos milagros (el de la beatificación y el de la canonización) y no por ser considerados "mártires".

Pero además será la primera vez que se produce una canonización en Portugal, ya que estas ceremonias se celebran en la basílica de San Pedro.

Tras la misa, es tradición que se produzca la bendición de los enfermos y esta vez el papa les dirigirá un discurso.

Tras almorzar con los obispos portugueses, volverá a la explanada del santuario para un último recorrido en papamóvil entre los fieles y desde allí al aeropuerto desde donde regresará a Roma a las 15.00 horas.