Benedicto XVI clausuró ayer el primer Foro Católico-Musulmán celebrado en el Vaticano con un discurso en el que reclamó respeto para la minoría cristiana en los países musulmanes. "La discriminación y la violencia que hoy día siguen sufriendo los creyentes y las persecuciones que padecen son injustificables actos, aún más graves y deplorables cuando se llevan a cabo en nombre de Dios", advirtió. El Papa reclamó a los creyentes de las dos religiones mayoritarias que unan sus esfuerzos "para acabar con las imágenes distorsionadas que tienen unos de los otros" invocando la existencia de un campo" en el que se puede actuar de forma conjunta "en defensa de los valores morales, que son parte del patrimonio común".