El papa Juan Pablo II ha hecho un apremiante llamamiento a los hombres y mujeres para que hagan "todo lo que esté en sus manos" para que la vida sea respetada "desde la concepción hasta su fin natural, ya que es un don sagrado del que nadie puede apropiarse".Desde el santuario de Lourdes, el Pontífice ha condenado el aborto y la eutanasia ante decenas de miles de personas, entre ellas miles de enfermos. El anciano Papa se ha referido también al papel que corresponde a las mujeres en esta época marcada por el materialismo y la secularización y que es, según ha dicho, el que sean "testimonios de aquellos valores esenciales que se ven sólo con los ojos del corazón".La “ideología de género”Esta referencia a las mujeres se ha producido dos semanas después de que el Vaticano hiciera público un documento en el que condenó el feminismo radical y la llamada "ideología de género", por considerar que la diferencia entre sexos viene minimizada, el individuo se cree con derecho a elegir su género sin tener en cuenta su propio sexo, y se llega a equiparar la homosexualidad con la heterosexualidad.Juan Pablo II ha vuelto a mostrar un aspecto cansado, debido a la larga misa solemne que ha oficiado y al calor reinante, lo que le ha llevado a pedir a sus ayudantes un vaso de agua, que le ha aliviado el cansancio y le ha permitido leer casi en su integridad la larga homilía preparada.En un momento de la ceremonia, el Papa se ha dirigido en polaco a uno de sus ayudantes y le ha pedido: "Ayúdame". Inmediatamente, en medio de los aplausos de los presentes, el ayudante le ha llevado un vaso de papel con agua y el Pontífice ha podido proseguir la lectura del texto.