Benedicto XVI recordó ayer en su tradicional rezo del Angelus del día de San Esteban a quienes sufren durante la Navidad y a las personas secuestradas en Latinoamérica, Oriente Medio y Africa. "En la atmósfera navideña se advierte más fuerte la preocupación por los que están en situaciones de sufrimiento y de gran dificultad", dijo el Pontífice desde su balcón de la plaza del Vaticano ante un centenar de fieles. En un lluvioso día, el Papa pidió a los fieles que rezaran por los secuestrados en los lugares de los que "no siempre se tienen noticias".