Por primera vez en sus 26 años de pontificado y debido a su delicado estado de salud, Juan Pablo II no presidió ayer la Misa de la Ultima Cena en la tarde del Jueves Santo, aunque la siguió "espiritualmente", con la mente y el corazón, dijo en un mensaje leído durante la ceremonia.

"Con la mente y el corazón estoy a vuestro lado, reunidos ante la tumba del apóstol Pedro para la Misa in Cena Domini, que constituye el primer acto del Triduo Pascual, culmen del Año Litúrgico. Os saludo con gran afecto", escribió el Papa en su mensaje, leído por el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, que fue el encargado de oficiar en su nombre la Misa de la Ultima Cena.

López Trujillo dijo que el Obispo de Roma estaba siguiendo la ceremonia por televisión, desde su apartamento del Palacio Apostólico, donde prosigue su convalecencia.

SU MENSAJE Juan Pablo II, que en mayo cumplirá 85 años, padece parkinson y hace un mes fue sometido a una traqueotomía, recordó en su mensaje que Cristo en la vigilia de su muerte hizo dos gestos esenciales: lavó los pies a los apóstoles, "dando ejemplo de un amor que se hace humilde y de servicio", y después consagró el pan y el vino, instituyendo el sacramento de la Eucaristía.

El anciano Pontífice concluyó su mensaje reiterando que "espiritualmente" estaba presente, demostrando una vez más lo difícil que están siendo para él estos días en los que su frágil estado de salud le impiden celebrar ritos a los que se siente tan unido. Como ya estaba previsto, la misa fue oficiada por el cardenal López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, quien denunció la "actual ideología del mal", que tiene sus raíces -según dijo- "en rechazar lo que nos hace ser seres humanos" y criticó los proyectos políticos y de "algunos parlamentos" contra la familia y en favor del aborto.

López Trujillo dijo que "la tragedia" del hombre está en que no entiende lo que Dios le quiere y en que considera a Dios como un obstáculo a su libertad, a su derecho de emancipación.

Denunció que la extrema deshumanización que existe actualmente están causando profundos cambios, "hasta el punto que se está haciendo pasar el delito como derecho".

Tras la homilía se repitió el rito del lavatorio de pies de doce presbíteros. Por deseo del Papa las ofertas que se hicieron durante la misa se destinarán a las poblaciones de Venezuela afectadas por las devastadores inundaciones del pasado mes de febrero. Durante la celebración los fieles pidieron por el Papa, por los que sufren y por la unidad entre católicos y ortodoxos.

Tras la misa del Jueves Santo todas las miradas están puestas en el Vía Crucis de hoy viernes. Aunque Juan Pablo II tampoco podrá presidirlo y lo seguirá por televisión, no se descarta que a través de videoconferencia se una al principio y al final de la ceremonia.