El lunes 16 de agosto, las aguas del Atlántico devolvieron los cadáveres de cuatro inmigrantes subsaharianos a las playas de la ciudad de El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos. Durante los días posteriores, en las mismas playas aparecieron otros 14 cadáveres.

En Marruecos, ese naufragio no existió. La prensa marroquí no informó sobre el suceso y sólo la Asociación de Familiares de Víctimas de la Inmigración Clandestina (AFVIC), la más activa de las ONG marroquís, decidió investigar sobre lo ocurrido.

Según las informaciones recogidas por los delegados de la AFVIC, los cadáveres correspondían a 18 inmigrantes que viajaban en una patera que, con 34 personas a bordo, naufragó el fin de semana anterior en su intento de alcanzar Canarias. El resto de los cuerpos se los tragó el océano.

Las denuncias

Esa no es la única tragedia reciente. Los inmigrantes que en el campamento del monte Gurugú esperan su oportunidad para entrar en Melilla denunciaron que cuatro cameruneses murieron al sufrir un accidente la furgoneta en que la Gendarmería marroquí los trasladaba hasta la frontera con Argelia para expulsarlos.

Para acabar con el drama, la AFVIC, al conocer la decisión española de regularizar a inmigrantes, ha pedido al Gobierno que "haga extensiva esa regularización a los subsaharianos que viven en condiciones inhumanas en campamentos a las puertas de Ceuta y Melilla".

"Sabemos que esos inmigrantes ni siquiera han entrado en España y que obviamente no disponen de contrato de trabajo, pero pedimos esta medida excepcional para acabar con el drama humano que se vive en esos campamentos de la vergüenza", explica Jalil Yemaa, el presidente de la AFVIC.

"Entre los subsaharianos hay gente muy preparada que se integraría a la perfección en el mercado laboral español", afirma Yemaa, que cifra en unos 5.000 los subsaharianos que se esconden en los bosques que rodean Ceuta y Melilla. Otros centenares se ocultan en las dunas del Sáhara Occidental. En su capital, El Aaiún, fueron detenidos el lunes 53 inmigrantes procedentes de Mali, Senegal, Gambia y Mauritania.

Paradójicamente, la prensa de Marruecos rechaza una regularización de la que podrían beneficiarse unos 70.000 marroquís. Aujourd´hui le Maroc , periódico oficialista cercano al ministerio del Interior, aseguró que la decisión española tendrá efectos negativos y generará "más drama y más dolor".

"Al crear una inmensa esperanza en los miles de candidatos a marcharse, la actual regularización podría incluso animarles aún más", afirmó el diario.