Los parajes extremeños albergan el 70% de las especies de libélulas y caballitos del diablo de la Península Ibérica. En el ecosistema habitan 55 especies distintas de las 79 de la península. Este hecho resulta llamativo debido a que la región no presenta las condiciones de la costa mediterránea y del centro y norte de Europa.

Esta conclusión la recoge el libro Los Odonatos de Extremadura , resultado de un proyecto denominado LIFE Conservación de los Artrópodos Amenazados de Extremadura de la Dirección General del Medio Natural. Los datos de la investigación se tomaron a lo largo de más de siete años, en los que se han muestreado más de 2.000 localidades y se han obtenido más de 15.000 registros en toda la comunidad.

Los odonatos son conocidos vulgarmente como libélulas, de las que existen más de 6.000 especies distribuidas a lo largo del mundo y su nombre proviene del griego y significa "mandíbulas dentadas". En concreto, la provincia cacereña alberga 54 especies diferentes frente a las 48 de Badajoz, con 21 zigópteros en cada una de ellas y 33 y 27, respectivamente, en el caso de los anisópteros. De entre ellas, se encuentran cuatro especies de odonatos recogidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, cinco en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura y diez recogidas en el Libro Rojo de los Invertebrados de España.

Según recoge el libro, aparecieron antes de los dinosaurios, hace alrededor de 300 millones de años, donde los ejemplares podían alcanzar una envergadura de hasta 1,5 metros, pero no será hasta hace unos 150 millones de años cuando aparecen los grupos actuales.

En los capítulos se pone de relieve la importancia de los odonatos en la conservación de los hábitats acuáticos que, a su vez, repercute sobre otras especies con las que conviven siendo consideradas "especies paraguas". Desempeñan un importante papel dentro de la escala trófica como controladores de otras especies de insectos que incluso pueden ser plagas y su función de presas para otras especies por lo que su conservación contribuirá a mantener la biodiversidad. Actualmente, se les utiliza como bioindicadores del cambio climático.

Por otra parte, existen una serie de agresiones que amenazan su conservación como la contaminación de las aguas, el impacto de la actividad industrial y del desarrollo urbanístico, una inadecuada gestión forestal o la introducción de especies exóticas.

Los Odonatos de Extremadura busca facilitar el conocimiento actualizado de los odonatos en la región, satisfacer las necesidades del incipiente grupo de aficionados extremeños al mundo de la odonatología y dar a conocer la importancia de éstos en la comunidad faunística.