Una joven pareja se ha hipotecado para pagar 240.000 euros para comprar una casa en el barrio del Carmel de Barcelona, que el Ayuntamiento de la capital catalana ha acordado derruir, tan solo quince días después de que formalizaran la adquisición. Según informa El Punt en su edición de hoy, ni los antiguos propietarios, ni la inmobiliaria, ni el ayuntamiento ni los notarios advirtió a la pareja de que la finca podría acabar entrando en un plan de mejora del barrio que prevé derruir 500 viviendas, entre ellas la suya.

Poco podían imaginar Nuria, de 27 años, y Daniel, de 28, cuando vieron la casa, situada en la calle Passerell (Pardillo en castellano), que tan sólo la podrían disfrutar con alegría un fin de semana. Según explican los afectados, firmaron la compra un miércoles y el viernes siguiente, cuando empezaron a vaciar las pertenencias de los antiguos propietarios, ya vieron a unas personas con unos planos ante su casa. Aquel mismo día la propietaria de un bar cercano les advirtió de lo que todo el barrio ya sabía y a ellos se les había ocultado: que seguramente su finca se encontraría entre las que serían derrumbadas con motivo de un plan de mejora del Carmel.

Efectivamente, tan sólo quince días después de la compra, el ayuntamiento de Barcelona aprobó definitivamente este plan, con algunas modificaciones respecto a la propuesta inicial, que había sido rechazada cuatro meses antes y que había disparado la alarma entre los vecinos afectados. La desgraciada historia de Nuria y Daniel empezó en mayo -tres meses después de que se rechazara el primer plan-, cuando rastreando por Internet encontraron a través de Expofinques una casa en el Carmel, situada en el número 30 de la calle Paserell.

Los responsables de la inmobiliaria les citaron para hacer una primera visita, que recuerdan que fue muy rápida y cuando apenas había vecinos por el barrio. En la segunda visita, los responsables de la inmobiliaria les urgieron a comprar, porque, según les contaron, había otra pareja que estaba muy interesada en la compra. Por este motivo, llamaron al Ayuntamiento, donde les aseguraron que la casa no tenían ninguna afectación vigente.

Hicieron entonces una paga y señal de 600 euros y cinco días más tarde pagaron 5.400 euros por un contrato de arras y formalizaron, a través de Expofinques, la hipoteca para pagar los cerca de 240.000 euros que les ha costado la casa. Posteriormente, procedieron a la firma de la escritura, en una notaria de Barcelona donde tampoco fueron alertados del riesgo de que la casa entrara finalmente en el plan municipal de derribo.

Tras comprobar que efectivamente donde ahora se encuentra su casa está previsto que se construyan pisos de protección oficial, la pareja ha puesto el caso en manos de un abogado para estudiar si presentan una denuncia penal por estafa.