El "sí, quiero" no está de moda entre las parejas jóvenes. Convivir sin pasar antes por el altar o el juzgado se ha normalizado en las últimas décadas. Un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona sobre las diferencias entre matrimonios y parejas no casadas señala que las uniones consensuadas entre los jóvenes de entre 20 y 39 años se han multiplicado por seis en los últimos 17 años. El análisis, dirigido por Pau Miret, investigador del departamento de Geografía de la UAB, también concluye que los matrimonios tienen más hijos que las parejas no casadas y que es este hecho de tener descendencia lo que impulsa a la mayoría a casarse.

En la actualidad, la mitad de los jóvenes españoles conviven con su pareja y, de ellos, el 24,7% no han contraído matrimonio. En 1991 solo el 4% de las parejas que compartían techo no estaban casadas, cifra que 10 años después había crecido hasta el 12,2%. El estudio de la UAB determina que cohabitación y matrimonio son dos fenómenos distintos porque entre ellos existen unas características diferenciales que han permanecido estables.

Otro aspecto destacable es que las parejas casadas tienen 1,2 hijos de media mientras que los que no han regularizado su unión se sitúan en 0,7. Miret destaca que el proyecto de tener hijos es crucial en la decisión de contraer matrimonio. "Aunque no hay ninguna razón legal que los presione, cuando quieren tener hijos se casan. Se trata de un valor cultural propio del sur de Europa", afirma el geógrafo.

DE PRUEBA La edad es otro de los aspectos diferenciales. La unión consensual es la elección mayoritaria de los más jóvenes, puesto que tres de cada cuatro parejas veinteañeras conviven sin haberse casado. La cohabitación se reduce a una de cada cinco a los 32 años y a una de cada 10 a los 39. Esta evolución demuestra, según Miret, que la unión sin enlace cada vez se contempla más como un "matrimonio de prueba".

Según los datos del 2001, las parejas jóvenes no casadas eran tres años menores de media, algo que todavía sigue vigente. Así pues, la edad media es de 34 años en los maridos y de 33 en las esposas, mientras que en las parejas que cohabitan el promedio desciende a 31 años en el hombre y a 29,9 en la mujer. Además, la diferencia de edad es mayor entre los miembros de una pareja no casada. Miret apunta que la causa podría ser el aumento de divorcios.

Respecto a la posesión de la vivienda, la investigación concluye que, quizá por la situación de convivencia experimental, las parejas no casadas tienden más a vivir de alquiler. La precariedad e inestabilidad laboral es otro de los motivos.

En cuanto a los jóvenes de entre 20 y 39 años que no conviven en pareja, el geógrafo explica que la mayoría vive con los padres y el resto comparte piso con amigos o en apartamentos de estudiantes. En el 2001, los jóvenes que no convivían en pareja representaban casi el 60% de la población menor de 40 años, realidad que se ha equilibrado.