TEtnvidio a los jugadores del Madrid. A mí, la última vez que me hicieron un pasillo fue el de mi casa, lo hizo una constructora cacereña y le quedó bastante mal. Nada que ver con el pasillo tan ordenadito y alegre que desplegaron los jugadores del Barça en el campo para homenajear a los madrileños. No. Mi pasillo era un caos repleto de defectos que terminó por hundirse y desnivelarse. "Es por culpa del sentimiento de la casa", me repetían desde la constructora cuando les transmitía mis quejas (juro que la frase es cierta). Eso me preocupó mucho, porque hasta entonces siempre había mirado a las casas como simples construcciones sin tener en cuenta sus sentimientos. Así que me dio por buscar manuales de feng shui que hablaran del estado afectivo de los ladrillos, del ánimo del cemento, de la melancolía de los tejados o los mensajes del color de las paredes, por si tenía que ubicar los maceteros en otro sitio o tapar los huequecitos de luz para que no incidieran directamente sobre el rincón preferido del sofá. Hasta que descubrí que lo que realmente querían decir desde la constructora era "asentamiento ", nada de sentimiento. Es decir, que habían hecho la casa tan mal y con tan pocas ganas que cada vez que los cimientos intentaban acomodarse y ajustarse al terreno el pasillo se jodía más. Unos años después cambié de casa. El pasillo se quedó allí con todo el sentimiento agarrado a las baldosas. Nunca lo arreglaron. Es curioso, tengo la sensación de que las constructoras, durante sus años de excesos, nunca han querido hacernos un buen pasillo y ahora que la crisis ha torcido muchas cosas piden que nosotros les hagamos el pasillo a ellos. ¡Por favor!, que los ciudadanos también tenemos sentimientos. ¿O es asentamiento?