El nigeriano Andy A., de 42 años, compaginaba su trabajo como pastor de la secta evangélica llamada Armadura de Dios con el de líder de una red de inmigración ilegal. La policía lo detuvo en Alcalá de Henares (Madrid) a principios de esta semana junto a otras nueve personas. De los arrestados, tres siguen en prisión.

La mafia captaba chicas en Nigeria y lograba seducirlas para venir a España con la promesa de un trabajo digno, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía. Las mujeres, que contraían una deuda de 45.000 euros (unos 7,5 millones de pesetas), entraban en la Península de dos maneras. Algunas recibían documentación falsa y eran aleccionadas para decir que procedían de Sierra Leona, país con el que España no tiene acuerdo de readmisión y cuyos nacionales no pueden ser devueltos. Las jóvenes aprendían datos de Sierra Leona, como la moneda o los cargos políticos, para no levantar sospechas.

La otra vía para entrar en España era como sin papeles. En estos casos, las mujeres viajaban hasta Marruecos, donde esperaban a formar un grupo grande como para pagar una patera y atravesar el Estrecho.