Las pateras en el Mediterráneo han dejado de ser un fenómeno protagonizado solo por marroquís. Cada vez más, inmigrantes argelinos recurren a esas embarcaciones para entrar en Europa. Y con ese objetivo están abriendo rutas nuevas, sobre todo hacia la costa de Murcia, Valencia y las Baleares. Para llegar a las islas, adonde han arribado 14 pateras, las redes recurren a la misma vía que hasta hace poco empleaban las lanchas rápidas de los traficantes de hachís.

Así, las rutas marítimas de la inmigración hacia el Levante y la costa balear ha registrado un fuerte aumento este año. Mientras que en el 2007 llegaron cinco embarcaciones a las Baleares, solo en los primeros 15 días de enero de este año ya habían atracado tres, una de ellas --y por primera vez-- en Eivissa.

Según fuentes de Interior, "para ir a Baleares, las pateras siguen las mismas rutas que antes usaban traficantes de hachís". "Argelia no está tan lejos de Mallorca: unos 275 kilómetros. Para una patera es un paseo si se compara con los 1.000 kilómetros que recorren los cayucos de subsaharianos que se dirigen a Canarias", añaden. Los inmigrantes pueden tardar un día y medio en cubrir este trayecto.

BARCOS NODRIZA Existen sospechas de que muchas embarcaciones son acercadas a la costa por barcos nodriza. Las alarmas saltaron cuando llegó a Eivissa una patera sin motor y que solo disponía de remos, por lo que tuvo que ser arrastrada por un barco, quizá un pesquero. Y no es la única llegada sospechosa. "Es imposible que una patera de solo siete metros de eslora llegue hasta aquí un día de mal tiempo", dice Interior.

Las cifras confirman el alza de entradas de argelinos por el litoral español. En los últimos dos años, 870 han sido interceptados por las autoridades españolas. Pero el ritmo se ha disparado en el 2008, pues en enero ya han arribado 158, más de la tercera parte de los 370 de todo el 2007. En el 2006 y 2007, la inmensa mayoría entró por Almería, sobre todo por el cabo de Gata. Otros alcanzaron las playas de Granada, Murcia o Málaga.

En la otra orilla, la marina argelina ha detenido en tres años a 2.500 sin papeles cuando acababan de zarpar hacia España o Italia. En el 2007, fueron arrestados 1.500 inmigrantes, el 400% más que en el 2005, cuando los detenidos fueron 335. Las zonas de salida se extienden por toda la costa argelina: de Orán, en el oeste, a Dellys, en el este. Los que zarpan de las playas más occidentales del país, como Annaba, no tienen como destino España, sino la isla italiana de Cerdeña. Para el viaje, usan desde pequeñas barcas de pesca hasta botes hinchables y lanchas de fibra. Por un precio que oscila entre los 500 y los 1.000 euros, las mafias ofrecen un billete en patera.

Aunque la tradición migratoria de Argelia está ligada a Francia, los jóvenes buscan otros destinos. "Se informan sobre en qué países es más fácil trabajar y regularizarse. Creen que la vida para un inmigrante es más complicado en Francia, por eso se dirigen a España", explica Zinedin Zemur, un sociólogo especialista en inmigración del Centro de Investigación en Antropología y Sociología de Orán.

SORPRESA EN EL ORIGEN Las autoridades argelinas están sorprendidas porque el fenómeno se produce en un momento en que el país vive un buen momento económico. Pero Zemur traza una inquietante radiografía: "En Argelia, muchos jóvenes viven en una depresión colectiva. Han perdido la esperanza en su país, en poder labrarse un futuro, y eso les lleva a perder el contacto con la realidad. Ya no les interesa trabajar ni buscar un empleo. Lo único que quieren es emigrar".