La falta de medios de rescate adecuados a las precarias condiciones en las que llegan las pateras a la isla canaria de Fuerteventura ha disparado el número de naufragios que acaban en tragedia. Cada vez es más frecuente la escena en la que guardias civiles y marineros de salvamento marítimo contemplan extenuados como decenas de inmigrantes se van al fondo del mar sin poder hacer casi nada para evitarlo.

El resultado de este goteo de hundimientos ha sido la muerte en 2004 de 184 inmigrantes, una cifra que dobla la del año anterior, pese a que el número de pateras llegadas ha sido incluso inferior. La Cruz Roja de Fuerteventura ha puesto el dedo en la llaga. Su presidente, Gerardo Mesa, ha denunciado que las embarcaciones empleadas por la Guardia Civil y Salvamento Marítimo "no están diseñadas, no llevan el material necesario ni el personal suficiente para el rescate masivo de personas".

La Guardia Civil y Salvamento Marítimo echan oficialmente toda la culpa a las precarias condiciones con que llegan las embarcaciones de inmigrantes y dicen que no existen medios que permitan hacer mejor su trabajo.

"Las pateras arriban ahora llenas de agujeros y cargadas hasta reventar. Vienen sin la quilla de cemento que les daba cierta estabilidad y a la que sucede cualquier incidente, la barca vuelca y los inmigrantes que no saben nadar se van al fondo", explica el capitán Alba, el jefe de la Guardia Civil en la isla. La causa más frecuente de los vuelcos es el nerviosismo de los inmigrantes que se levantan y desequilibran la patera.