Técnicos de Patrimonio de la Xunta de Galicia han entrado hoy en el pazo de Meirás, propiedad de la familia Franco y durante años residencia veraniega del dictador, para comprobar el estado del edificio y evaluar su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC). El acceso a la propiedad ha sido posible después de que un auto judicial obligase a los herederos de Franco a permitir el acceso del personal técnico a la propiedad, ubicada en el municipio coruñés de Sada y donada al general en el año 1938 por afines al régimen.

Una arqueóloga, una arquitecta y un historiador del arte accedieron al pazo en torno a las diez de la mañana de hoy, acompañados por el abogado de la familia Franco. La visita se prolongó por espacio de cuatro horas. Diez minutos antes de las dos de la tarde el abogado de los Franco accedió de nuevo al pazo y momentos después abandonó la propiedad en compañía del personal técnico enviado por la Consellería de Cultura. Estaba previsto que los técnicos continuasen sus trabajos entre las cuatro y las siete de esta tarde.

La entrada al pazo se produce tras más de un año de trámites administrativos y judiciales, y después de que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) diese la razón a la Xunta obligando a la familia de Francisco Franco a permitir el acceso del personal de Patrimonio. La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, lamentó "el comportamiento de la familia Franco de obstrucción a la labor de la Dirección Xeral de Patrimonio" y la "judicialización" de una diligencia administrativa "habitual y necesaria" para la conservación de los bienes patrimoniales, según informó hoy en un comunicado este departamento autonómico.

La Consellería de Cultura informó de que los técnicos accedieron al pazo de Meirás siguiendo la fecha propuesta en la resolución del TSXG, emitida el pasado 18 de marzo y que hace cumplir a los propietarios con el decreto por el que se regula la tramitación de la declaración de bienes de interés cultural.

Los tres técnicos que esta mañana entraron en el pazo realizarán una inspección para reunir información sobre la arquitectura interior del edificio, los bienes susceptibles de ser considerados patrimonio cultural y el estado de conservación de todo el conjunto. Este trabajo incluye también un reportaje fotográfico, que una de las técnicas se encargó de realizar hoy.

Los datos que se recopilen serán analizados por el personal técnico de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural y se añadirán a la restante documentación que en los últimos meses ha recabado la Consellería de Cultura referida a la historia y al valor del pazo.

La Consellería informó de que una vez que se analice toda la documentación, Patrimonio evaluará si el pazo reúne las condiciones para ser declarado BIC y, en caso positivo, se presentaría un proyecto de declaración que incluiría, además de una exposición de motivos, el nivel de protección del edificio y de su entorno, y se procedería a su incoación.

La declaración como BIC del pazo de Meirás implicaría que el edificio tendría que estar abierto al público cuatro días al mes y cualquier intervención sobre él precisaría de la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural. Su declaración como BIC, máxima figura de protección patrimonial contemplada por la Xunta de Galicia, obligaría también a los propietarios al cuidado y preservación del edificio. El pazo de Meirás tiene una superficie construida de 2.115 metros cuadrados y está ubicado en una propiedad con una superficie total que supera las 6,6 hectáreas.