Dijo que metería el pie en los 30 a lo grande, y así fue. Penélope Cruz, que está rondando la película Sahara en Barcelona, tomó el fin de semana el puente aéreo y el sábado por la noche dio una fiesta en Madrid que se alargó hasta las seis de la mañana. Entre los 90 trasnochadores, estaban el actor Matthew McConaughey, que comparte rodaje y rumores de idilio con la actriz, y cómo no, el director manchego Pedro Almodóvar, una de las pocas personas que, según ella, puede cambiarle el ánimo con un sólo e-mail.

La exnovia de Tom Cruise, que llegó de soltera y ataviada con un escote palabra de honor, cumplió 30 años el miércoles pasado con una tarta king size que le entregaron en el rodaje, sacó el polvo a su agenda madrileña y convocó a sus 90 mejores amigos y familiares en los estudios NAB Room del barrio de Chamartín. Se apuntaron a la juerga las actrices Pastora Vega y Ariadna Gil, la cantante Cristina Rosenvinge; el inclasificable Santiago Segura; los cineastas David y Fernando Trueba, y la familia de la homenajeada: su padre, su madre y su hermana, Mónica..

CUERPO OLIMPICO La catalana María Vasco, que ayer fue bronce en la Copa del Mundo de Marcha, corre esta semana, sin más atuendo que unas bambas, en Interviú. "Con este cuerpo ganaré el oro en Atenas", bromea la primera atleta española que ganó medalla en unos JJOO. En la entrevista, destapa su temperamento al admitir que no se habla con el seleccionador español y denunciar que el dopaje está generalizado en España ("yo a los 50 años estaré muy bien. Las demás... no sé"). Pero si hay una cosa que a Vasco, de 28 años, le saca de quicio es la diferencia entre su sueldo y el de los futbolistas: "Que vengan conmigo y hagan todos los días 20 kilómetros".