Un pelo hallado en unos plásticos cercanos al cadáver de Rocío Wanninkhof, con los que supuestamente se envolvió su cuerpo, es la segunda prueba que vincula a Tony Alexander King con el asesinato de la joven Mijas.

La Guardia Civil ha informado al Juzgado de Fuengirola que instruye el caso que el material genético analizado en las muestras recogidas en el lugar donde apareció el cadáver (a 30 kilómetros de donde fue asesinada Rocío) coincide con el del británico encarcelado, lo que le sitúa "indubitativamente" en ese lugar.

Las pruebas genéticas son determinantes en el esclarecimiento del caso Wanninkhof. En septiembre de 2003 se averiguó que las muestras de ADN en una colilla encontrada donde murió Rocío coincidían con los restos genéticos hallados en el cadáver de Sonia Carabantes, asesinada en Coín. Poco después King fue identificado como el titular de ese ADN y detenido.