Tres esquiadores murieron ayer sepultados por un alud en la estación de Formigal (Huesca). Los fallecidos, dos de ellos de origen vasco y el otro aragonés y jefe de márketing del recinto invernal que se había desplazado solo al lugar del accidente para tomar unas fotos, fueron sorprendidos por la avalancha de nieve cuando estaban fuera de pistas, en la zona del Garmo La Mina del paraje de Anayet, a 1.700 metros de altitud. Este es el suceso más grave que se ha producido en las pistas de esquí españolas desde 1985.

Fuentes de Aramón, la sociedad que gestiona la estación de Formigal, explicaron ayer que las copiosas nevadas del jueves y de la madrugada del viernes motivaron que la estación avisara en varias ocasiones a los esquiadores del peligro de aludes, situado en el cuarto nivel de los cinco existentes. Incluso así, pese a la recomendación de no salir de las zonas señalizadas, Daniel O. E., vecino de San Sebastián y de 36 años; Iñigo Enrique Z. G., de 37 años y vecino de Alava, y Miguel Angel R. A., vecino de Zaragoza y de 32 años, aprovecharon el buen tiempo que lucía en la montaña y se adentraron por zonas del Garmo La Mina sin balizar. Allí, una gran placa de nieve recién caída les sorprendió cuando pasaban pocos minutos de las 10.30 horas.

INTENTOS DE REANIMACION Los dos vascos y el empleado de la estación, donde hacía dos años que había entrado a trabajar, se encontraban en el paraje con otras dos personas, una de las cuales avisó del accidente a los equipos de rescate. Hasta el lugar del suceso se movilizaron tres helicópteros, tres equipos de perros, 15 componentes de la Guardia Civil, protección civil, bomberos del Alto Gallego y miembros de la estación.

Pasado el mediodía, los agentes desplazados localizaron a dos de las víctimas y las trasladaron a las uvis móviles para intentar reanimarlas, aunque no lo consiguieron. El tercer esquiador fue hallado, sin vida, casi una hora después. Los tres cadáveres fueron trasladados a primera hora de la tarde al tanatorio de Jaca para practicarles la autopsia, según informó la Delegación del Gobierno en Aragón.

El director de la estación de Formigal, Antonio Jericó, explicó que a la zona en la que fallecieron se puede acceder esquiando, pero el área concreta en la que se produjo el alud es de difícil acceso. Según señaló, los empleados analizan todos los días el estado de las pistas y ayer, dado el elevado riesgo de avalanchas, se decidió cerrar algunos tramos y se dejaron abiertos alrededor de 85 kilómetros.

Otras quedaron clausurados debido a que, entre otros motivos, la nieve caída no ha quedado compactada todavía con la capa anterior y es muy fácil que se deslice y cause desprendimientos. No obstante, el consejero de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno aragonés, Arturo Aliaga, insistió en que la estación oscense es "segura", resaltó la celeridad de los equipos de rescate e insistió en pedir prudencia a los esquiadores.

Por su parte, el presidente de Aramón (sociedad de la que el Gobierno de Aragón es propietario al 50%), Francisco Bono, quiso destacar la labor ejercida en Formigal por el jefe de márketing fallecido, conocido como Chusky por sus compañeros. El fue el artífice de la campaña Un gorro, una ilusión, dedicada a acercar el mundo de la nieve y las montañas a los niños oncológicos. La iniciativa, desarrollada en varios hospitales, consistía en entregar un gorro a cada menor enfermo a cambio de una sonrisa.