TLta semana pasada estuve en las fiestas de Bilbao, la Aste Nagusia . Allí, las fiestas tienen varios ambientes: el de los vinos por la zona vieja, el de las cenas por Abando, el de los estrenos teatrales... El pasado fin de semana coincidían seis obras de teatro. La que más éxito tenía era la que trata sobre la boda de la hija de Aznar. Eso sí, lo que en Cáceres vemos por 9 euros allí cuesta 24. En la Aste Nagusia hay, además, conciertos gratuitos (el récord: 60.000 personas con Fito y los Fitipaldis , que también ha sido el concierto de más éxito esta primavera en Cáceres), aperitivos con famoseo en los hoteles (coincidí en el ascensor con Aida, la camarera de la teleserie Siete vidas , que liga mucho más en la realidad que en Tele 5) y cierta presencia extremeña.

Iba yo de cañas por la plaza Campuzano, fijándome en cómo el entrenador de fútbol Luis Fernández se zampaba un pincho de confit de pato a la naranja cuando alguien me llamó. Era el polifacético Pepe Extremadura, que acababa de dejar al ganadero Victorino Martín y alternaba con una cuadrilla de amigos bilbaínos. Me contó que había ido a los toros, a barrera (110 euros), invitado por el alcalde de Bilbao, a quien conoce desde hace años. "Y no Saponi, que no me hace ni caso", bromeó. La feria taurina de Bilbao es la del toro de verdad: el de más de 600 kilos. Y ahí ganan las ganaderías extremeñas: de los nueve festejos del coso de Vista Alegre, en tres se lidiaron ganaderías de aquí: Los Espartales de Badajoz, San Martín de Azuaga y Victorino Martín de Moraleja.

*Periodista