Alba, la niña de Barcelona que fue víctima de malos tratos, nunca volverá a hablar con fluidez ni a caminar bien, y necesitará de por vida ayuda de terceras personas para realizar sus actividades diarias, según declararon ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona los forenses que examinaron a la menor. La madre de la pequeña, Ana María Cano, y su pareja, Francisco Javier Pérez, se volvieron a sentar por quinto día en el banquillo.

Respecto a la causa del hematoma cerebral que padeció la niña, los facultativos mantienen que se produjo por una o varias sacudidas "muy violentas" y que en ningún caso pudo obedecer a una caída accidental, como apuntó el imputado --dijo que se había caído de la cama--. Los psicólogos que atendieron a Maite, la hija del acusado, que le incriminó el martes en el juicio, dieron credibilidad a su relato.