Las personas con trastornos mentales se sienten discriminadas, según un estudio epidemiológico elaborado por el Consorcio Mundial para la Salud Mental a partir de 80.000 entrevistas efectuadas a personas adultas de distintos países.

El estudio, el primero que se lleva a cabo a través de una muestra representativa de la población, evalúa el estigma asociado al trastorno mental a partir de las percepciones de los propios individuos que sufren estos trastornos, excepto de personas con esquizofrenia y otras enfermedades psicóticas.

Los resultados de este trabajo han puesto de manifiesto que uno de los efectos asociados a la enfermedad mental es el sentimiento de vergüenza y discriminación social que experimentan estas personas por el solo hecho de estar enfermas, y que es mayor cuanto menos desarrollado es el país en el que viven.

En el trabajo, publicado en la revista "Acta Psychiatrica Scandinavica", han participado investigadores españoles del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar), CIBER en Epidemiología y Salud Pública, Unidad de Medicina Preventiva y Salud Pública del IMAS-UPF-ASPB, el Hospital de Sant Joan de Déu y el Instituto Carlos III, junto con expertos de todo el mundo.

Según ha explicado Jordi Alonso, coordinador del grupo de investigación en Servicios Sanitarios del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar) y primer firmante del artículo, un 13,5% de las personas con trastornos mentales se sienten estigmatizados por su enfermedad, aunque en personas de países en vías de desarrollo la incidencia es del 22,1%.

Además, se ha visto que el estigma se duplica en personas que sufren más de un trastorno mental, como por ejemplo ansiedad y depresión, y que, en contra de lo que se podría pensar, las personas con algún tipo de enfermedad crónica tienen menos percepción de estigma social.

Según concluye este trabajo, teniendo en cuenta que el sentimiento de exclusión social o de discriminación que experimentan los enfermos mentales comporta consecuencias negativas para su calidad de vida y para el manejo de la enfermedad, es necesaria una mayor atención a este problema.