Manuel Pertegaz paseaba el jueves con nervio alegre por el Museo Reina Sofía. El modisto, que acostumbra a decir que la moda es "terrible y despiadada", supervisaba con el pecho henchido la exposición retrospectiva que el próximo martes se inaugurará en este templo de la cultura.

La muestra, organizada por el Gobierno, es mucho más que una antología con 75 trajes-reliquia (en la foto superior, un modelo de 1975 y, en la inferior izquierda, un traje de novia de 1972). Es casi una reverencia del país ante este hombre enjuto de 86 años que lleva cosiendo más de siete décadas y que, en apenas 1,65 metros de estatura, encierra a un mito vivo de la costura.

´CANONIZACION´ Todo salió de una cena en la Moncloa. Hace tres años, el diseñador Elio Berhanyer (el mismo que soltó un "menos mal" al saber que Pertegaz haría el vestido nupcial de Letizia) comentó que ya era hora de canonizar al creador con la carrera más longeva de la moda (en la foto inferior derecha, en 1965). El puso la idea; el Consejo de Ministros, la aprobación; y Belén, colaboradora de Pertegaz, el tiempo.

El grueso de los trajes son de los años 50, 60 y 70, cuando el modisto llegó a tener cinco salones, 700 empleados y unas creaciones que decían "cómprame" desde el Vogue americano y los escaparates de la Quinta Avenida. "Su estilo es tan actual que los vestidos pasan de abuelas a nietas", explica Berhanyer, comisario de la muestra.

Pertegaz acude cada día a su estudio, 62 años después de presentar su primera colección. Llega a la hora de comer y trabaja "hasta las once de la noche", dice una colaboradora que, con tanto trajín, sólo tiene un temor: "Que nos pille el toro".