Todo se quedó en un susto. Un vigilante jurado, con las facultades mentales perturbadas, disparó seis balas de fogueo en el Tribunal Supremo. La policía le redujo en unos segundos. Francisco Javier C.U., de 42 años, explicó que quería secuestrar a un magistrado para que hablara en el Congreso sobre terrorismo.

Al filo de las 12.10 horas de la mañana, los vigilantes jurados encargados de la vigilancia del Supremo advirtieron que el hombre que acababa de pasar por el arco detector de metales llevaba armas. Sin solución de continuidad, Francisco Javier C. sacó una pistola y disparó seis tiros al aire. El vigilante jurado no debía de conocer muy bien el edificio, ya que no se percató que, junto a la entrada, se encuentra el despacho de la policía nacional que se encarga de custodiar esa sede judicial.

Los agentes reaccionaron inmediatamente y, tras lanzar dos disparos de advertencia, consiguieron reducir al hombre.

Francisco Javier C. U. explicó a los policías que le detuvieron que su intención era secuestrar a un magistrado para que hablara de terrorismo en el Congreso. El resto de sus explicaciones, según fuentes policiales, son incoherentes.