Siete personas -seis niños y un profesor- han muerto hoy y otros 20 menores resultaron heridos en un nuevo ataque con arma blanca a un centro educativo chino, el sexto en menos de dos meses, ha informado la agencia oficial Xinhua.

El agresor, del que no se dieron detalles, se suicidó tras el ataque, añadió la información. El ataque se produjo alrededor de las 8.00 hora local (0.00 GMT) en una guardería de la localidad de Nanzheng, en el municipio de Hanzhong de la provincia de Shaanxi (centro norte de China), informaron las autoridades locales.

El suceso se produce pese a que, a raíz de la preocupante ola de ataques a escuelas chinas, se había incrementado la seguridad en los centros educativos de todo el país.

OLEADA DE ATAQUES DESDE MARZO

Esta cadena de agresiones se inició el 23 de marzo, cuando un cirujano que había perdido su trabajo y su novia, Zheng Minsheng, mató a puñaladas a ocho niños e hirió a otros cinco en la puerta de un colegio en la provincia suroriental china de Fujian.

Zheng fue condenado a muerte y el mismo día de su ejecución, 28 de abril, otro hombre armado con un cuchillo hirió a 16 niños y un maestro en la provincia sureña de Cantón.

Un día después, otro hombre hirió con arma blanca a 29 niños y tres adultos en un parvulario de la ciudad de Taixing, en la provincia oriental china de Jiangsu.

Y dos días después, el 30 de abril, cinco niños y un profesor resultaron heridos cuando un hombre les atacó con un martillo de hierro, para después suicidarse, en un jardín de infancia situado en la provincia de Shandong (este de China).

Antes, el 13 de abril, otro asaltante, armado con un cuchillo de cocina, atacó a niños y adultos en una escuela de Sichuan (suroeste), causando la muerte de un menor de edad y una mujer e hiriendo a otros tres estudiantes.

EFECTO LLAMADA

Los incidentes, causados todos por hombres de treinta o cuarenta años, dispararon la alarma entre los padres de toda China, por lo que a partir del 4 de mayo se aumentaron los guardias de seguridad en las puertas de los colegios. Incluso en algunas zonas del país se pidió a policías y guardias destinados a los centros que "dispararan a matar" a cualquier presunto atacante.

Expertos chinos han comenzado a señalar que la terrible ola de ataques podría tener su base en la presión social que ha producido en el país el rápido cambio económico y de costumbres, aunque también podría haber cierto "efecto llamada" a raíz de la aparición de los sucesos en los medios de comunicación.