Los consulados españoles en América Latina se preparan, mayormente con refuerzos de personal, ampliación del horario de atención al público y mejoras informáticas, para el eventual alud de peticiones de nacionalidad tras la reforma del Código Civil que abre la puerta a esa posibilidad a más de un millón de demandantes legítimos. Aun cuando la nueva normativa entró ayer en vigor, no se registraron aglomeraciones importantes frente a las legaciones diplomáticas, salvo en Caracas, donde la cola ante el consulado alcanzó un kilómetro.

La modificación del Código Civil, aprobada el 8 de octubre, prevé que puedan recuperar la nacionalidad aquellos españoles que tuvieron que hacerse ciudadanos de otro país --la mayoría de los exiliados tras la guerra civil--, así como los hijos nacidos en el extranjero de padre o madre españoles y que la perdieron al alcanzar la mayoría de edad.

En la capital, habituada a los colapsos tras 40 días de huelga, la cola más larga era, sin embargo, la del Consulado Español.

TELEFONOS COLAPSADOS

Cuando la sede consular abrió las puertas, la cola ya alcanzaba un kilómetro, y durante toda la mañana se mantuvo en torno a las 800 personas. Las llamadas telefónicas colapsaron asimismo la media docena de líneas. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, alrededor de 100.000 solicitudes podrían provenir de Venezuela.

Las personas que pacientemente guardaban cola recogían los impresos que debían rellenar, así como un número de turno para regresar a tramitar nacionalización. La mayoría de los interesados eran jóvenes que aspiran a "estudiar en España".

El Consulado Español en la ciudad de Buenos Aires, vivió ayer un día de normalidad: las colas de personas que tramitan su nacionalidad o pasaporte siguieron siendo tan largas y agotadoras como en el último año, cuando explotó la crisis. Unos 400.000 argentinos están en condiciones de gestionar el trámite.

En Brasil, en tanto, la embajada y principales consulados, empiezan a prepararse para un eventual aumento de demandas, y no se descarta aumentar el personal. En Santiago de Chile y Montevido, donde hay importantes comunidades españolas, se recibieron más llamadas de lo normal.