El Fiscal pide 32 años de prisión para un monitor de comedor de un colegio de Cubelles (Barcelona), acusado de abusar sexualmente de siete niños y niñas de entre tres y cinco años, en el juicio que se ha iniciado hoy en la sección novena de la Audiencia de Barcelona.

Los hechos que se han empezado a juzgar hoy en la Audiencia de Barcelona se remontan al mes de mayo de 2006, cuando los padres de una niña del colegio Vora Mar de Cubelles presentaron una denuncia contra el monitor Sergi B.G., de 35 años, por haber cometido presuntos abusos sexuales a su hija.

Posteriormente, otros padres del mismo centro escolar presentaron también denuncias ante las declaraciones de sus hijos, que explicaron que el monitor practicaba con ellos diferentes juegos "secretos" de tipo sexual, como el "de la cabaña" y el de los "besitos guarros", entre otros.

Según indica el Fiscal en sus conclusiones provisionales, el acusado desnudaba a los menores, les tocaba los genitales, mostraba sus propios genitales a los niños y les instaba a que se los tocaran, llegando incluso a introducir los dedos en los genitales, lamerles los mismos e introducir su miembro en la boca de alguno de los críos.

El juicio, que ha empezado con una hora de retraso sobre el horario previsto, se ha iniciado con la declaración del monitor imputado, que ha negado en respuestas a su abogado las acusaciones alegando que los juegos que realizaba con los menores no tenían connotación sexual.

Ha asegurado que la relación con los padres de los menores era "buena" hasta que se presentaron las denuncias y que incluso llegó a trabajar como canguro para uno de los matrimonios.

Además, consiguió que varios padres firmaran un papel en el que aseguraban que cuidaría de sus hijos durante el verano en un centro, para presentarlo ante el banco como un aval más para poder acceder a una hipoteca, que le tramitaba la madre de una niña del colegio de la que, al parecer, también abusó.

En un ambiente de tensión contenida y nerviosismo, los padres y las madres de los menores han insultado al acusado cuando éste ha sido introducido por los Mossos d'Esquadra en la sala de vistas.

Los padres han relatado hoy con entereza y emoción en algunos casos ante el tribunal cómo supieron que sus hijos habían sufrido los supuestos abusos y cómo los expresaron los niños, la mayoría de los cuales han debido recibir atención psicológica desde entonces.

La madre de la primera niña que habló a sus padres sobre estos hechos ha explicado que su hija le indicó que Sergi B. la llevó a una habitación del colegio en la que había colchonetas y pinceles y que allí le había bajado los pantalones y las bragas y que le había hecho chupar su pene, entre otras acciones.

La niña repitió su relato posteriormente a su padre y también ante un agente de la Guardia Civil, quien valoró que la pequeña "no mentía", según ha recordado hoy el padre.

Otra de las madres, con dos niños afectados por los abusos, ha indicado que sus hijos le explicaron que el acusado se meaba en la cara de los menores, además de realizar otros actos de carácter sexual.

La mayoría de los niños y las niñas han debido recibir tratamiento psicológico por estos hechos y alguno de ellos aún no sabe distinguir lo que es correcto de lo incorrecto en el tema sexual, además de tener sentimientos de culpa porque el acusado está en prisión y ellos no.