La afición de los jerarcas del Vaticano por reivindicar tiempos pretéritos parece no tener límites. Ahora, el arzobispo Albert Malcolm Ranjith, número dos de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el ministerio que encabeza el cardenal Francis Arinze, reclama que el oficiante de la misa vuelva a dar la comunión en la boca de los fieles, y no en la mano, y que quienes se acerquen a recibirla se arrodillen "como acto de humildad y reconocimiento de la condición de hijos de Dios". El viceministro del Vaticano exige respeto para el sacramento de la eucaristía.