Vio una luz entre los archivadores de la consulta. Se acercó y pudo comprobar que era una cámara de vídeo que la estaba filmando. Sacó la cinta y, directamente, se fue a la comisaría de policía más cercana.

Así, Marta G., destapó el delito. Antonio Martín, ATS en un ambulatorio público y homeópata, se dedicó durante años a filmar a las mujeres que, siguiendo sus indicaciones, se masajeaban como parte de las terapias de adelgazamiento en el Centro de Medicina Natural de Barcelona. Ayer, se sentó en el banquillo de un juzgado de lo Penal.

El fiscal solicitó ayer para el acusado un total de cuatro años de prisión --dos años por cada uno de los dos delitos contra la intimidad-- y una multa de 3.000 euros (500.000 pesetas). Las acusaciones, en representación de las mujeres afectadas, solicitaron un total de seis años de cárcel y una multa de 8.000 euros (1,3 millones de pesetas) por dos delitos contra la intimidad, así como una multa por intrusismo.

El acusado, que acudió al juicio con un bigote postizo a modo de disfraz, reconoció haber grabado a las pacientes con fines exclusivamente "científicos". Entre otros argumentos, adujo que mediante las grabaciones podía controlar si las pacientes se practicaban los masajes tal y como él les había indicado. Tras las indicaciones del acusado, ellas, a solas, se desnudaban en una sala y se practicaban el masaje, generalmente, en la zona del vientre y los glúteos.

"Me sentí violada moralmente porque nadie tiene derecho a grabarte así sin consentimiento", apuntó una de las seis mujeres que ayer declararon ante el juez en calidad de testigos. En lo que sí coincidieron algunas de las mujeres afectadas es que los tratamientos aplicados por el acusado daban buen resultado. "Llegué a adelgazar hasta 45 kilos", apuntó una de ellas.