Ante el desbocado aumento de embarazos no deseados, el Gobierno ha decidido derribar de una vez todos los límites de acceso a uno de los anticonceptivos más polémicos, la píldora del día siguiente. Dentro de unos tres meses, este tratamiento se podrá comprar en todas las farmacias sin receta médica y sin límite de edad alguno. Aunque algunos médicos han puesto reparos éticos para dispensarla, el Ejecutivo está convencido de que las farmacias no pondrán inconvenientes porque, por mucho que los colectivos conservadores digan lo contrario, "no se trata de un método abortivo", según subrayó ayer la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez.

En una rueda de prensa junto a la titular de Igualdad, Bibiana Aído, Jiménez tuvo que enfrentarse a varias preguntas sobre si el ministerio controlará de alguna manera qué mujeres compran este medicamento para evitar que las jóvenes comiencen a utilizarla de forma habitual. La ministra explicó que al no ser necesaria la receta, no se podrá hacer ningún control sobre quién la compra, pero se mostró convencida de que no será utilizada como un método anticonceptivo más, puesto que, además de sus efectos secundarios, es más cara que los preservativos. Cuesta 20 euros, más del doble que una caja de profilácticos.

PROBLEMA PENDIENTE "Las cifras nos dicen que tenemos un problema que hay que abordar con urgencia, y nuestra obligación es facilitar el acceso. Pero bajo ningún concepto queremos que se convierta en un método anticonceptivo habitual", manifestó. Las cifras a las que se refiere la ministra son contundentes. En el 2007, el último año del que hay datos disponibles, se realizaron 112.000 abortos en España.

El Ejecutivo está seguro de que el libre acceso al antigestante levonorgestrel (nombre cientí- fico de la píldora) disminuirá las gestaciones no deseadas, aunque no tiene un cálculo del porcentaje. No obstante, la titular de Sanidad recordó que en los países en los que se administra sin receta (Francia, Bélgica, Reino Unido y EEUU, entre otros) se han logrado "significativos" descensos.

Jiménez explicó que un comité de expertos y científicos, quienes han puesto de manifiesto que la píldora poscoital "no tiene efectos secundarios ni ningún tipo de contraindicación", ha asesorado al Ejecutivo. La ministra reconoció, sin embargo, que "no se puede hacer un uso abusivo de la misma". A su vez, Aído subrayó que la medida forma parte de una estrategia nacional de salud sexual y reproductiva que está "ultimada" y que incide en las políticas de educación de los adolescentes.

El fármaco seguirá administrándose gratuitamente en los centros médicos o de planificación familiar de aquellas comunidades que ya lo facilitaban.

En otros territorios, las jóvenes se han visto en ocasiones obligadas a peregrinar de un centro a otro en busca de un médico que no se opusiese por motivos éticos a recetarles la píldora antes de que transcurriesen 72 horas tras el coito.

LAS REACCIONES Si tras la puesta en circulación del anticonceptivo en el 2001, los grupos antiabortistas tuvieron una airada reacción --la Conferencia Episcopal calificó el fármaco de "técnica abortista"-- ayer acusaron al Ejecutivo de promover abiertamente "el aborto libre". El PP (que autorizó su comercialización) juzgó el libre acceso "un verdadero despropósito que prueba el fracaso de las políticas de prevención", mientras que el Foro Español de la Familia lo consideró un "error" porque es un "verdadero abortivo y puede tener graves consecuencias para la salud de las usuarias".