El comandante de un vuelo chárter que cubría el trayecto entre Manchester y Tenerife decidió abandonar a uno de sus pasajeros en la isla de Porto Santo, perdida en el Atlántico, después de que el pasajero, en estado ebrio, no dejara de insultar a la tripulación y a otros viajeros.

En la isla, que pertenece al archipiélago de Madeira, la policía portuguesa le detuvo para dejarle posteriormente en libertad. Le investigará, sin embargo, por denuncias de comportamiento perturbador en el avión, un delito con una pena máxima de dos años de prisión.

Todo empezó el martes pasado, cuando al pasajero, de 53 años y de origen irlandés, le fue denegada una bebida alcohólica por la tripulación de la compañía Monarch, ya que su borrachera era evidente. Según un portavoz de la empresa, el hombre montó en cólera. La tripulación le pidió que se calmara, pero cuando siguió el enfrentamiento verbal, el piloto consideró que estaba en peligro la seguridad de los pasajeros y decidió aterrizar en la pista de una antigua base de la OTAN en Porto Santo. El hombre fue desembarcado a la fuerza por la policía, que también se quedó con su equipaje. Porto Santo es una isla 11 kilómetros de largo y 7 de ancho, con sólo 6 hoteles.

Un portavoz de Monarch afirmó que no hizo uso de la violencia física, pero la compañía estudia iniciar acciones legales contra él por su comportamiento y por los gastos originados con motivo de la parada.

Después de pasar 36 horas en comisaría, el hombre pudo coger un ferry a Madeira, a dos horas de distancia, donde tomó otro vuelo a Tenerife, según publicaron ayer varios diarios británicos. El avión de Monarch llegó el martes con cinco horas de retraso a las islas Canarias, por lo que la compañía reiteró que estudia emprender acciones legales contra el pasajero.