El Ministerio de Fomento implantará en los aeropuertos españoles controles de alcoholemia y consumo de drogas destinados a los pilotos y al resto de tripulantes de cabina, según confirmó ayer un portavoz del departamento. Los análisis se realizarán de modo aleatorio y por sorpresa, "como se llevan acabo en las carreteras".

Los afectados deberán soplar en un etilómetro y otro aparato medirá la dilatación de las pupilas. Si dan positivo se hará un análisis de saliva y, si es necesario, de orina. Si el laboratorio confirma el positivo, se le suspenderá cautelarmente la licencia.

Hasta ahora solo EEUU, Gran Bretaña y Holanda efectuaban este tipo de pruebas, aunque estos dos últimos lo hacen de modo esporádico. Fomento ultima la redacción del protocolo por el que se regirán los análisis pero aún desconoce si estos podrán aplicarse a todos los tripulantes o solo a los pertenecientes a aerolíneas españolas.

El sindicato SEPLA se mostró ayer a favor de la medida pero avisó que en donde funciona ha detectado sobre todo a tripulantes que toman fármacos para afrontar problemas de sueño y estrés.