Es un coleccionismo tan antiguo como los propios sellos y la Asociación Filatélica y Numismática Galíndez de Carvajal de Plasencia lo defiende porque "en un sello se reproduce la vida de un país, su historia, a través de sus monumentos, sus parques, sus pueblos, sus ríos, sus paisajes". Precisamente, para contribuir a la historia y poner su granito de arena a la reapertura de la recién restaurada catedral Nueva de Plasencia, el colectivo ha editado sellos, postales y un matasellos del interior de la seo.

Es lo que ha venido haciendo la asociación desde que hace cuatro años funciona de forma independiente de la asociación cultural Pedro de Trejo, editar sellos con escenarios de la ciudad que después dan la vuelta al mundo pegados en cartas. Es también una forma de que la capital del Jerte se conozca fuera de nuestras fronteras. Así, Nicolás Iglesias, presidente del colectivo, explica que sellos con motivos placentinos han llegado hasta Checoslovaquia y Estados Unidos gracias a la correspondencia que mantienen con coleccionistas y grupos filatélicos.

La Casa del Deán, la propia seo, el Martes Mayor, la Semana Santa son algunos de los motivos que ya se han visto estampados en un sello de correos, en la mayoría de los casos también con su matasellos personalizado y acompañados de postales referentes al mismo tema.

Nicolás conserva ejemplares de todos, pero además, es un buscador de todo sello que tenga que ver con Plasencia. Hasta el punto de que tardó dos años en conseguir un milenario (hojas con sellos) procedente de Angola que contenía un sello de la catedral placentina, "el primer sello que se editó de la catedral", explica.

Su colección, de más de 4.000 sellos, incluye también otros editados con imágenes de toda Extremadura y su sello más antiguo data de 1850, el año en que se editaron los sellos por primera vez. Y además, lo conserva pegado en una carta y con matasellos, lo que le da aún más valor. Otra de sus joyas es un sello de una carta enviada de Alicante a Barcelona a través de un barco de vapor, con lo que "tiene más importancia que si hubiera ido por tierra".

Son detalles de "un coleccionismo como otro cualquiera que te da para muchos temas porque se pueden hacer colecciones muy variadas". Nicolás destaca que en Plasencia y en Extremadura en general "hay mucha tradición filatélica y muy buenas colecciones". También son muchos los que conservan sellos en casa, pero no saben si tienen valor. Nicolás apuesta por no dejarlos en un cajón y anima a pedir asesoramiento a quien desee conocer el valor de lo que posee. Pero avisa, "valer de verdad valen cuatro sellos", depende de la antigüedad, cantidad y otros factores, aunque destaca que se ha llegado a pagar hasta un millón de dólares por un sello.