Defensores de los derechos humanos, médicos y algunos medios de comunicación han mostrado su preocupación por el niño prodigio del maratón indio, pues consideran que la salud del pequeño de 5 años puede estar en peligro.La polémica ha rodeado la hazaña del pequeño Buddhia Singh, que ayer logró entrar en el Libro Limca de los Récords (el Guiness local) al correr 65 kilómetros en siete horas y dos minutos.Las páginas de los diarios indios se preguntaban esta mañana si este no será un caso más de explotación infantil y reflejaban las opiniones de doctores que advertían sobre los riesgos de los duros esfuerzos físicos a los que está siendo sometido este pequeño, nacido en un hogar sumido en la pobreza.Se retiró exhaustoBuddhia recorrió con sus pequeños pies la distancia que separa la ciudad de Puri de Bhubaneswar, en el estado de Orissa, acompañado por un equipo de 50 corredores de la Policía Local, que se mantuvieron todo el tiempo detrás del pequeño.Se esperaba que Buddhia recorriera 70 kilómetros, pero se vio obligado a abandonar la carrera exhausto en el kilómetro 65 y, agotado y jadeante, fue recogido en una furgoneta policial y transportado a la comisaría de la policía para pasar un chequeo médico.Allí, el pequeño, vestido con una camiseta de la policía que le quedaba enorme y con una guirnalda de flores en el cuello, trataba de recuperar el aliento mientras se chupaba el dedo, en un gesto que recordaba que, corra lo que corra, es tan sólo un niño.Alerta de los pediatrasEl pediatra Anupam Sibal y director de los hospitales Apollo en Nueva Delhi, ha declarado a la prensa que "esto está rozando los límites fisiológicos. Un cuerpo que está creciendo no se puede someter a tanto esfuerzo".Según él, el pequeño cuerpo de Buddhia, que entrena diez horas al día, está sometido a una gran presión que podría causarle daños permanentes y sus entrenamientos deben ser planificados para reducir los riesgos.