La Policía Nacional ha desmantelado una red internacional dedicada a la venta de pornografía infantil por encargo. En la operación, desarrollada también en Estados Unidos, el Reino Unido y Bielorrusia, los investigadores han detectado más de 200 webs que no solo ofrecían imágenes de menores de edad siendo víctimas de abusos sexuales o posando desnudos.

En un depravado negocio que les ha reportado más de 1,5 millones de euros, los delincuentes incluían la posibilidad de adquirir material que calificaban de "inédito", producido a petición de los suscriptores, que pagaban un anticipo de entre 60 y 75 euros al mes por este servicio.

La investigación se ha saldado en España con 49 detenidos, 13 de ellos en Cataluña. También han sido imputadas otras 15 personas y se han registrado 62 domicilios. Según informó ayer la Policía Nacional, los agentes han identificado a 74 internautas en España que habían pagado por acceder a estas páginas. Además, los investigadores han logrado arrestar a un individuo en la provincia de Valencia que producía y distribuía pornografía infantil, "ya que realizaba grabaciones domésticas en las que aparecía él abusando de un menor", según ha reconocido en su declaración.

POR PRIMERA VEZ EN ESPAÑA Esta es la primera vez que la Policía Nacional localiza webs dedicadas a la compraventa por encargo de porno infantil, una actividad "que incrementa el riesgo de los menores de ser víctimas de abusos y agresiones", advirtió el cuerpo de seguridad en un comunicado. En el mismo texto, se informó de que los responsables de la gestión de estas páginas y de la venta del material ilegal "son miembros de organizaciones criminales de carácter internacional ubicadas en Europa del Este", con ramificaciones e infraestructura en otros países europeos y Estados Unidos.

La investigación se inició en el 2008 en varios estados y la ha coordinado la Interpol, que se hizo cargo del caso cuando se comprobó que las webs implicadas remitían a una misma base de datos en la que se registraban los pagos de los suscriptores, fueran de donde fueran. El inspector jefe de la Brigada de investigación Tecnológica, Enrique Rodríguez, confirmó en este sentido a la agencia Efe que la cúpula de la organización estaba situada en Bielorrusia.

EXIGENCIAS DE LOS USUARIOS El mismo experto policial explicó cómo se descubrió que los delincuentes implicados iban más allá de la simple venta de porno infantil: "Como los clientes pagaban una cantidad mensual, no querían fotos o vídeos que estuvieran muy vistos o con imágenes de niños que ya circularan por internet. Exigían material nuevo, con menores de los que se hubiera abusado recientemente. Por esa razón pensamos que había encargos de material". Así de simple y despreciable.

La Policía Nacional trata ahora de identificar a las víctimas de la red, aunque la tarea es muy complicada, porque las fotos y vídeos, de extrema dureza, dan muy pocas pistas sobre el posible origen de los niños y sobre la identidad de sus agresores. "Esa es nuestra principal preocupación", reconoció Rodríguez, que confía en poder poner nombre y apellidos a los pequeños que han sufrido los abusos para ponerlos a salvo. Lo único que se sabe es que la mayoría de ellos tienen menos de 13 años.