La policía desarticuló en la cárcel de Palma a dos bandas encabezadas por funcionarios de prisiones, que se dedicaban a introducir droga y objetos prohibidos en el centro, además de extorsionar y dar palizas a reclusos. La intervención concluyó con la detención de cinco empleados y seis internos que pasaron ayer a disposición judicial.

La operación, denominada K.O., comenzó el miércoles, impulsada por la Fiscalía Anticorrupción y por orden del Juzgado de Instrucción número tres de Palma, debido al envío de un paquete al director del centro penitenciario que contenía un corazón "no humano", según la policía.

Las indagaciones permitieron a los agentes identificar al autor del envío, el funcionario de prisiones Antonio C.O. El comunicado precisa que, el funcionario lideraba la banda más importante, integrada por otros cuatro funcionarios, a quienes se acusa de distintos delitos como amenazas, palizas, daños a compañeros e internos o cambio de analíticas de orina de los internos.

Además, los integrantes de la banda seguían a sus víctimas hasta identificar sus domicilios, se hacían pasar por policías, causaban daños a las propiedades e, incluso, realizaban filtraciones a los medios de comunicación de datos reservados para favorecer sus intereses.

El pasado miércoles se practicaron simultáneamente nueve registros en cuatro domicilios y cinco celdas, en los que los agentes se incautaron de sustancias estupefacientes, diversa documentación, cinco equipos informáticos, numerosos teléfonos móviles de uso ilícito, útiles para el consumo y venta de drogas, además de otros efectos.