Ser mujer y trabajadora es más duro que trabajar en la mina. Si además el empleo es de policía, la cosa empeora.

Para tratar de salir del pozo, se reunieron ayer agentes femeninas de los Mossos d´Esquadra, del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y de las policías locales. Lo hicieron en la sala de actos de la Escuela de Policía de Cataluña, que se llenó para celebrar unas jornadas. Y no se andaron con chiquitas. Reclamaron el mismo trabajo que los hombres, ya que cobran igual que ellos, y rechazaron la "discriminación positiva" y el "paternalismo" de muchos mandos policiales.

"No nos ven como compañeras, sino como a mujeres que hacemos de policías", denunció Teresa Carrasco, exintendente de la Guardia Urbana de Barcelona y actual jefa de la Policía Local de El Prat. Y en tono vehemente advirtió a las decenas de compañeras que casi llenaban la sala: "Si creemos que somos débiles terminaremos siéndolo".

Teresa Carrasco lanzó un mensaje a sus colegas hombres: "Somos ciudadanas que hacemos de policía y nos vais a respetar" . También criticó que sólo se aprecie el trabajo de las agentes que se esfuerzan en actuar como hombres. Su intervención estimuló a un auditorio quejoso de algunas actuaciones masculinas, como quedó patente en las intervenciones del público. Se refirió a un estudio de la policía de Nueva York que revela que en 11.000 servicios los esfuerzos más importantes fueron subir escaleras, arrastrar cuerpos y saltar. "Eso lo puede hacer cualquiera", remachó.