LONDRES. Podía parecer, a primera vista, que la policía londinense había realizado un especial despliegue para velar por la seguridad de la tradicional marcha del orgullo gay en la capital británica. Sin embargo, la realidad era que los 40 bobbies uniformados que ayer encabezaron el desfile de homosexuales y lesbianas por las calles de Londres estaban allí, como los demás, para reivindicar sus derechos. Por primera vez desde la creación del Gay pride, en 1972, los policías gays se sumaron al festival vestidos de uniforme, seguidos de otros 40 agentes con una pancarta con el símbolo de la Asociación de Policías Homosexuales. La histórica decisión, explicó el Lord Harris, obedece a la necesidad de "marcar el cambio de actitud de la policía británica hacia los gays".