La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha dado a conocer esta semana en Amsterdam un informe que alerta de que la contaminación que ocasiona el tráfico mejora en las carreteras, pero no en las zonas urbanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que en los países desarrollados mueren más personas de forma prematura por exposición a contaminantes atmosféricos que por accidentes de tráfico. Esta organización estima en 80.000 los adultos de más de 35 años que fallecen cada año en las ciudades europeas por esa causa.

El informe de la AEMA pone de manifiesto que las mejoras en las tecnologías automovilísticas lograron que, entre 1990 y el 2001, las emisiones de contaminantes cayeran de un 24% a un 35% en 31 países europeos, pero sólo en el tráfico por carretera. La contrapartida está en las ciudades, donde la circulación "sigue contribuyendo a la muerte prematura de miles de personas cada año", subraya el informe.

MAS PARQUE MOVIL ¿Por qué los beneficios de la renovación del parque móvil y el uso de gasolina sin plomo no se notan en las áreas urbanas? La AEMA ofrece distintas explicaciones. El número de vehículos ha aumentado.

Otra de las explicaciones del escaso efecto de las nuevas tecnologías automovilísticas en las ciudades es, según la AEMA, que muchos propietarios de vehículos diésel modifican los motores para aumentar la potencia. Y a más potencia, más contaminación.

El catedrático de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña José María Baldasano coincide en que los diésel no han sido la panacea. "Son vehículos más eficientes, pero también emiten partículas más pequeñas que, por su tamaño, no sólo llegan a las vías respiratorias superiores, sino a los alveolos pulmonares". Ello supone que, potencialmente, pueden causar un daño superior a largo plazo.

NUEVAS ENERGIAS Baldasano opina que los fabricantes de automóviles ya han hecho casi todo lo que podían para frenar la polución. "Ahora, donde han de buscarse cambios es en el combustible. Hay que recurrir a los coches eléctricos o a los que funcionen con hidrógeno".

El consumo de gasolina sin plomo ha contribuido a reducir la polución, pero ha traído nuevos problemas. "Para mantener el poder aromático del carburante se utiliza benceno y otras sustancias en sustitución del plomo". "Y el benceno --explica Baldasano-- es un cancerígeno reconocido por la Agencia Nacional del Cáncer".